El Domingo de Resurrección se convirtió en un domingo de masacre en Sri Lanka. Todo ocurrió el pasado 21 de abril, cuando, a las 8:45 de la mañana, explotaban seis bombas en tres iglesias cristianas y tres hoteles de cinco estrellas del país.
Pasado el mediodía, estallaban dos bombas más en la ciudad más afectada de todas, Colombo, la capital del país. Más de 300 muertos y más de medio millar de heridos es el balance de este terrible suceso que afectó, entre otros, a dos españoles y al propietario de Asos, que perdió a tres de sus cuatro hijos.
El Estado Islámico reivindicó los atentados, perpetrados por nueve suicidas.
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