La entrevista más sincera de Pablo Urdangarin: "Soy un tío normal"
Pablo Urdangarin se sincera sobre su carrera, su padre Iñaki y la presión mediática. A sus 24 años, asegura: "Soy un tío normal"

Pablo Urdangarín
Debido a su profesión, Pablo Urdangarin es el más mediático de los sobrinos del rey Felipe, pues, además, gracias a su atractivo físico y a su educada locuacidad, las cámaras lo adoran, incluso más que a su prima Victoria Federica, cuya carrera de "influencer" no acaba de despegar.
"Cuando vivía en Suiza, era muy pequeño. Crecí supertarde"

Como jugador del equipo de balonmano Fraikin BM Granollers –segundo en la liga tras el Barça–, Pablo Urdangarin ha concedido una entrevista al canal de YouTube ‘Inside Asobal’ en la que se ha mostrado muy cercano hablando de su trayectoria, de su exposición mediática y, obviamente, de su padre, Iñaki Urdangarin, quien, escándalos aparte, es una leyenda del balonmano con la que, inevitablemente, le comparan. "Me gusta que hablen de él y de lo bueno que era –afirma Pablo–. Que lo haya ganado todo, para mí es un honor y que me comparen con él significa que algo estoy haciendo bien".
Además, el joven jugador ha encontrado en Iñaki al mejor de los consejeros. "Creo que me ayuda más en temas mentales que en temas de balonmano, porque sabe lo que es jugar la Champions, con la Selección, en la Liga... Siempre lo llamo antes de los partidos y me ayuda mucho. Hablar con él me relaja. Es casi como un psicólogo. Muy poca gente tiene la suerte de contar con alguien a su lado que lo ha vivido todo, que lo ha ganado todo, y yo lo intento aprovechar".
A sus 24 años, Pablo Urdangarin destaca como jugador a pesar de que, de adolescente, no lo veía claro. "Cuando vivía en Suiza, era muy pequeño. Crecí supertarde", dijo antes de revelar que pensó en dedicarse al tenis. "Quise apuntarme a algún torneo, pero mi entrenador me dijo: “Te puede gustar todo lo que quieras, pero no creo que llegues muy lejos”. Y pensé en el balonmano que, en realidad, me gustaba más".
"Soy un tío que caigo bien"

Se mudó a Alemania para seguir su sueño, y revela que "en Hannover, tenía 17 años y estaba solo, no hablaba el idioma... Además, tenía que empezar una carrera universitaria porque mis padres siempre me han dicho que si no estudio, no me dejan jugar al balonmano. Por eso volví".
Al poco de llegar a España, el interés por él y por su familia se disparó debido al divorcio de la infanta Cristina e Iñaki. "Presión mediática sí que he tenido, pero cuando estoy en el campo, eso se queda fuera –reconoció con naturalidad–. Y en el vestuario, me tratan como a uno más, me hacen bromas, me pican… que es lo que me gusta. Todo el mundo sabe que soy un tío normal, que caigo bien, o eso espero, ja, ja, ja (...) Si salgo de fiesta con mis amigos y está la prensa, ¡qué le voy a hacer! Igual que cuando juego un partido, me he acostumbrado y eso lo bloqueo, me olvido de ello y ya está".