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Jaime Peñafiel habla de la afición del rey al motor: Del coche blindado a su Ibiza dorado

Treinta años después, Felipe se reencontró con el coche que le había regalado su padre por su mayoría de edad y exclamó, emocionado: «¡¡¡Mi coche!!! ¡¡¡Mi coche!!!».

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Últimamente, dos noticias han relacionado a don Felipe con los coches: la presidencia del Comité de Honor del Club de Vehículos Antiguos de Almería y la compra, por parte de Hacienda, de un vehículo blindado de alta representación para uso exclusivo de la Familia Real y cuya licitación (454.000 euros) se ha llevado en secreto.

 

Pero antes de llegar aquí, el parque de coches del Rey ya era impresionante. La afición por el motor puede que sea lo único en que Felipe se parece a su padre, según nuestro colaborador, Jaime Peñafiel. Quizás por eso a don Juan Carlos nunca le importó correr detrás del principito cuando éste, con sólo 4 años, se «escapaba» por los jardines de la Zarzuela con su kart Pony de gasolina, ¡con el que alcanzaba los 25 km/h!

 

El príncipe de Asturias adoraba aquel cochecito, aunque jamás olvidará el Seat Ibiza dorado que le regaló su padre al cumplir 18 años, en 1986. Un vehículo con el que se reencontró el 5 de diciembre de 2014 durante su visita a la fábrica Seat de Martorell. Confirmando eso de que, en cuestión de vehículos, el primero que se ha tenido es como el primer amor, que nunca se olvida. 

 

Aquel era el vehículo que le había dado la libertad para moverse a su antojo y del que, seguro, guardaba un excelente recuerdo.

 

Jaime Peñafiel te lo cuenta en tu revista Pronto, esta semana.