Los Reyes rindieron homenaje a los anteriores monarcas alauitas visitando el mausoleo de Hassan II –gran amigo de don Juan Carlos– y de Mohamed V.
Felipe de España y Mohamed de Marruecos tenían muchas ganas de volver a verse de manera oficial, algo que no hacían desde que Felipe y Letizia se presentaran como Reyes en la corte de Rabat en el 2014. Sus padres eran buenos amigos y los dos monarcas son conscientes de la importancia de cuidar esa simpatía entre las casas reales de dos países que, al ser vecinos, mantienen una estrecha colaboración política. Así, el pasado 13 de febrero, los Reyes españoles, acompañados por representantes del Gobierno, aterrizaron en el aeropuerto de Rabat-Salé para un viaje oficial relámpago, de sólo 30 horas, en el que se iban a firmar importantes acuerdos. Allí fueron recibidos por el rey marroquí y toda su familia, a excepción de la madre de sus hijos, la princesa Lalla Salma, que lleva desaparecida de la vida pública desde diciembre del 2017 sin que se sepa si Mohamed y ella han firmado los papeles del divorcio o no.
Doña Letizia despuntó entre las damas, especialmente gracias a un vestido de inspiración árabe de Felipe Varela y a la sorpresa que dio el día de San Valentín, cuando lució el mismo traje de chaqueta blanco que llevó el día de su pedida de mano.
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