Estefanía de Mónaco cumple 60 años: sus fotos más naturales
La princesa Estefanía de Mónaco, a sus 60 años, está volcada en sus hijos y sus dos nietas
Estefanía ha envejecido sin recurrir a la cirugía estética.
La princesa rebelde Estefanía de Mónaco se ha hecho mayor y las polémicas y rarezas que salpicaron su vida han dado paso a una señora centrada en su familia y que tiene mejor relación con su hermano, Alberto, (y su cuñada, Charlene) que con su hermana Carolina, que nunca vio con buenos ojos los avatares de la pequeña de los Grimaldi.
Estefanía de Mónaco apuesta por envejecer sin cremas ni cirugías
Estefanía de Mónaco.
A años luz del glamur y el postureo de la fama, Estefanía de Mónaco sorprendió en su más reciente aparición pública –poco antes de cumplir 60 años– cuando acudió al Festival Internacional de Circo de Montecarlo y dejó claro que ha elegido envejecer sin artificios: ni cirugía estética ni las cremas antiarrugas ni maquillaje ni modelitos de alta costura.
Una princesa al cien por cien natural, a la que no le asusta la huella del paso del tiempo y que vive sin protocolo en un apartamento del ala privada del palacio en el que nació y compra en el Carrefour.
Autodefinida como "madre leona", Estefanía siempre ha preservado las vidas de sus hijos: Camille Gottlieb (izquierda) y Pauline y Louis Ducruet.
Solo va a eventos relacionados con su oenegé, Fight Kids Mónaco, o a actos relacionados con el circo, su pasión. La mayor parte del tiempo la pasa con las dos nietas que le ha dado su hijo, Louis Ducruet, y con sus hijas, Pauline Ducruet y Camille Gottlieb, a las que adora. No siempre fue así y Estefanía fue muchos años una de las "celebrities" preferidas de la prensa rosa.
Estefanía de Mónaco: su interesante vida
Con su madre, la actriz Grace Kelly, yendo al cole.
Nacida el 1 de febrero de 1965 en Montecarlo, Estefanía (tiene el nombre de su bisretatarabuela, Estefanía de Beauharnais) fue la última hija de Rainiero III y Grace Kelly. Alteza Serenísima y condesa de Polignac desde la cuna, a los 16 años la expulsaron del Liceo Dupanloup, centro en el que estudiaba en París, pero el suceso que la marcó fue en 1982: su madre, Grace Kelly, murió en accidente de coche cuando, según los rumores de entonces, conducía ella.
Su noviazgo con Jean-Yves Lefur se rompió tras descubrirse un escándalo económico.
Paul Belmondo, su primer novio oficial tras amores adolescentes, la ayudó a recuperarse. Vivían juntos en París hasta que rompieron por la aparición de Anthony Delon. Entre 1984 y 1991, la vida sentimental de Estefanía fue de vértigo: el piloto Stephan Johanson; el playboy Michael Fitousi; el fotógrafo François Darmigny; los actores Cristopher Lambert y Rob Lowe; el playboy Mario Oliver; John John Kennedy; el empresario Jerôme Lausseur, el productor Rom Bloom y Jean-Yves Lefur, con el que estuvo a punto de casarse.
El playboy francés Mario Oliver fue uno de sus amores más conocidos.
También ha tenido una variada vida profesional. Tras estudiar diseño, trabajó como modelo y lanzó una línea de bañadores, Pool Position. Cumplidos los 21, se hizo cantante con un single, 'Huracán', que fue un éxito. Pasó al cine, presentó programas en la BBC, salió en 'Dallas' y sacó su propio perfume.
Dos años con un domador de elefantes
El guardaespaldas Daniel Ducruet fue su primer marido y padre de sus hijos Louis y Pauline.
En 1991, se supo de su relación con Daniel Ducruet, con el que fue madre y se casó en 1995, separándose al año siguiente por una escandalosa infidelidad del guardaespaldas. Ella retomó su periplo de amantes hasta que otro guardaespaldas, el suizo Jean Raymond Gottlieb, fue padre de su tercera hija pero no su pareja, porque Estefanía siguió coleccionando romances breves hasta que se estabilizó durante dos años viviendo con el domador de elefantes Franco Knie en una caravana de circo.
Apasionada desde niña por el circo, descubrió su pasión por los elefantes tras enamorarse de Franco Knie, domador.
Vivió dos años en una autocaravana de circo con Franco Knie.
Lo dejó por el acróbata Adans Peres, su segundo marido, pero tampoco duró y hubo nueva remesa de relaciones. Tras morir su padre en el 2005, se quedó muy triste y con una herencia de 500 millones de euros y Alberto II le otorgó la Gran Cruz de la Orden de los Grimaldi ya que, pese a sus excentricidades, los monegascos quieren mucho a Estefanía.