Como ya es tradición en Mónaco, el verano se despide con un gran picnic en el que 1.000 vecinos acompañan a Alberto, Charlene y sus rubísimos mellizos durante una jornada repleta de música, flores y bailes tradicionales.
Una vez más, los peques fueron los auténticos reyes de la fiesta, vestidos con adorables trajes regionales. Jacques y Gabriella aplaudieron, encantados, durante las actuaciones y se mostraron cómplices y cariñosos a lo largo de toda la jornada, demostrando que, aunque sólo tienen 3 añitos, ya empiezan a comportarse como auténticos «royals»... en miniatura.