La nueva vida de Aiko de Japón, la princesa que nunca reinará
Aunque no está claro su papel en la Casa Imperial, la hija del emperador ha empezado a trabajar y a desempeñar algunas funciones reales
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En Japón, la monarquía hereditaria continua más antigua del mundo, las princesas no pueden acceder al trono a causa de la discriminatoria ley sálica, que es tan radical que no tiene, como en el caso de la monarquía española, la opción de que si no existen hijos varones, la hija pueda convertirse en cabeza de la institución.
La Princesa podría tener un papel protagonista en Japón
Es bien sabido que, como los actuales emperadores, Naruhito y Masako, no han tenido descendencia masculina (son padres de la princesa Aiko, su única hija), la línea de sucesión pasó al hermano del emperador, el príncipe Akishino, y continuará con el hijo de éste, Hisahito, saltándose a Aiko, que nunca ha sabido claramente qué papel institucional va a desempeñar.
Princesa Aiko de bebé
Sin embargo, ahora que la joven, de 22 años, ha finalizado sus estudios de Lengua y Literatura japonesa en la Universidad Gakushuin de Tokio, acaba de comenzar una nueva etapa que ha sorprendido a muchos y augura la posibilidad de algunos cambios que permitan a la princesa Aiko tener un papel protagonista.
Ya en febrero, Aiko asistió con sus padres, los emperadores, a un almuerzo de Estado con el presidente de Kenia.
Aiko hizo su primer viaje oficial sola
Comida realeza Japon
Aunque oficialmente se justificó por la ausencia de la princesa Kiko, esposa del príncipe Akishino, por un tema de salud, su presencia en ese acto podría ser una muestra del deseo de Naruhito de que su hija Aiko sea la futura emperatriz o, por lo menos, que asuma funciones de representación de la Casa Imperial.
Aiko saliendo
En estas fechas, Aiko ha realizado también algo inédito, su primer viaje oficial sola, una gira de dos días por su país, que ha marcado el inicio de su agenda propia. La hija de Naruhito visitó la prefectura de Mie y estuvo en el santuario de Ise, uno de los más importantes del sintoísmo, por ser donde se encuentra el Espejo Sagrado, uno de los tres tesoros de Japón, y el mausoleo del primer emperador, Jinmu.
Los reportajes sobre el viaje de Aiko destacaban el gran parecido de la princesa con su madre, la emperatriz Masako, que, durante muchos años y a raíz de su boda en 1993 con quien más tarde sería el emperador, ha sufrido gravísimas depresiones, impidiéndole acompañar a su esposo en infinidad de actos y viajes oficiales.
A la actual emperatriz le gusta un estilo más bien tradicional, muy en línea del resto de mujeres de la familia imperial. Mientras que la joven princesa, naturalmente, va mucho más acorde con las tendencias actuales en el vestir, sin jamás sobrepasarse en sus trajes y en sus formas.
Además del viaje, Aiko ha protagonizado las páginas de la prensa japonesa porque el 1 de abril dio un importante paso en su vida al comenzar su trabajo en la Cruz Roja de Japón.
Llegó a la oficina de la organización en Tokio, en el barrio de Minato, con un traje azul oscuro y una actitud entusiasta que reflejaba su compromiso con su nueva etapa laboral. "Siento que he dado mi primer paso como adulta trabajadora. Quiero esforzarme para estar al servicio de todos", declaró la princesa Aiko, que se ha incorporado al área que se encarga de la formación y promoción de voluntarios de la Cruz Roja.
La Casa Imperial entra en el mundo de las redes sociales
El diario nipón "Japan Times" ha publicado que, esa mañana, antes de salir del palacio, sus padres le pidieron que trabajase con firmeza en este organismo, especialmente vinculado a la Familia Imperial, ya que, a lo largo de su historia, ha nombrado siempre a las emperatrices japonesas como presidentas honorarias.
Parece claro que en Japón algunas cosas han empezado a cambiar. Y lo digo, no sólo por la agenda de Aiko, sino también porque la Casa Imperial acaba de estrenar su cuenta de Instagram, una plataforma que la mayoría de las monarquías llevan años utilizando para mostrar mayor visibilidad y cercanía.