James Spence con su hijo Carter después de recuperarse de su accidente.
Bonita historia de un padre y un hijo que empezó de manera trágica y tuvo un final feliz. James Spence tuvo un accidente días antes de nacer su primer bebé y quedó en coma por los daños cerebrales sufridos. Al nacer el pequeño Carter, su madre, Charlene Pope, llevó al recién nacido a conocer a su padre y pasaba ratos con él. Al cabo de dos días del nacimiento, James despertó. Desde entonces, Charlotte describe a su marido como «un milagro andante». Si quieres más detalles sobre esta conmovedora historia, los tienes en la revista Pronto de esta semana.