
Los padres de Julen a su llegada al juzgado, donde declararon en calidad de testigos.
La titular del juzgado número 9 de Málaga no lo tendrá fácil para encajar todas las piezas de lo que sucedió el 13 de enero en la finca de Totalán (Málaga) donde el pequeño Julen Roselló, de 2 años, murió tras caer por la estrecha boca de un pozo, a más de 70 metros de profundidad.
La magistrada que instruye el caso cuenta, desde la pasada semana, con nuevos testimonios: el del pocero, el operario que hizo una zanja en el terreno, y los tres senderistas que socorrieron a la familia del niño inmediatamente después de que aconteciera la terrible desgracia. Una de estas personas, observando el estado en el que se encontraba la madre del niño, aseguró haber retirado de la mesa un cuchillo para evitar que pudiera autolesionarse.
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