
El membrillo es un poderoso bálsamo digestivo
Cuando pensamos en el membrillo, un auténtico regalo del otoño, nos viene directamente a la cabeza el dulce de membrillo. Si no quieres (¡o no puedes!) abusar del azúcar, prueba la pulpa de esta fruta cocida o bien añádela a los guisos o a las salsas –asado y mezclado con cebolla caramelizada y zumo de naranja está delicioso–. Es una exquisitez.
Además de su increíble sabor, el membrillo es un alimento muy sano: mejora la digestión y repara y protege las paredes del estómago y del intestino, por lo que acelera la curación de las úlceras. Por su contenido en potasio y en ácido málico, esta diurética fruta favorece la eliminación del ácido úrico.
También destaca por su alto aporte en taninos antioxidantes, unos compuestos que, además de atajar la diarrea con eficacia, constituyen un fiel guardián de la salud cardiovascular.
Si quieres conocer otro alimento muy sano para tu salud cardiovascular, hay click aquí.
Más por menos: si prepares tú mism@ el dulce de membrillo, no sólo te saldrá más barato, también podrás reducir su aporte en azúcar. Si lo elaboras con agar agar (4 g por kilo de fruta) y edulcorante, tendrá 0% azúcares.