
La princesa Charlene, bebiendo de la botella del campeón
Es, sin duda, uno de los grandes acontecimientos deportivos del año en Mónaco y es lógico que Alberto II y su familia deseen vivirlo intensamente. Prácticamente todos los sobrinos del soberano acudieron al Gran Premio de Fórmula 1 que se disputó en el Principado. Además de seguir atentamente la carrera, en los días anteriores a ésta, no perdieron la oportunidad de visitar el «paddock» para conocer a los pilotos y poder admirar de cerca a sus increíbles monoplazas.
Tras la competición, la alegría del vencedor en el podio se contagió al hijo de Rainiero y Grace Kelly y a su esposa, Charlene, quien hizo sonreír a todos por su espontaneidad y buen humor. Tu revista Pronto te desvela todos los detalles.