Las duras confesiones de Anita Williams sobre su tiempo en prisión y en un centro psiquiátrico

La exconcursante de Supervivientes se sinceró sin filtros durante su entrevista en 'De Viernes', relatando los traumas que han marcado su vida: desde el bullying en su adolescencia y episodios de maltrato, hasta su paso por prisión y un centro psiquiátrico. Su testimonio fue un acto auténtico de valentía: “De todo se sale y el pasado, que os sirva de lección, porque no es una sentencia de por vida”.

Empezó recordando un episodio escolar que rompió su paz: tras ser víctima de difamaciones, un vídeo íntimo suyo se viralizó, lo que la empujó a huir de casa a los 15. “Me llamaban de todo. No sabía cómo explicárselo a mis padres”, admitió.

En su adolescencia, Anita Williams se enfrentó la peor versión de sí misma y de su entorno: “Mi adolescencia la definiría dura. Sufrí una etapa de bullying y me junté con lo peor del colegio y luego, con lo peor de Barcelona…”. Acumular horas de servicios comunitarios tras robar una camiseta la llevó a prisión durante cuatro meses. Durante esos días de confinamiento recordó momentos desgarradores: “Lo peor era estar 12 horas encerrada… También sufrí una agresión por parte de otra interna…”.

A su regreso, el maltrato volvió a surgir en su vida, esta vez en forma de relaciones tóxicas. Finalmente, el dolor emocional la empujó al consumo de drogas: “Me drogaba porque no quería seguir viviendo…”. Fue entonces cuando su familia tomó la difícil decisión de ingresarla en un centro psiquiátrico, donde vivió uno de los momentos más duros de su vida: “Tenía 24 años… lo más duro de estar ahí dentro es que mi abuela se puso mala… no pude despedirme”.

Hoy, Anita encuentra su verdadero motor en su hijo Thiago, a quien considera su mejor regalo y su ejemplo de motivación: “Me gustaría ser ejemplo de mi hijo… Él es el mayor regalo de mi vida”. Asimismo, su participación en Supervivientes fue un punto de inflexión: “He salido más fuerte… me reencontré conmigo misma”, reconoce.

Sobre su relación con Montoya, se muestra prudente pero honesta: “Nos queremos, pero no sabemos querernos bien. Primero tenemos que centrarnos en nosotros”. Con un cierre rotundo que emocionó al plató, Anita recalcó: “El amor no duele. Nadie merece sufrir. Hoy sé lo que no quiero y he aprendido a ponerme por delante”.