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Ahmed Tommouhi

Ahmed, de 74 años, no pudo rehacer su vida cuando salió de la cárcel.

Silvia Alberich

Aunque el Tribunal Supremo reconoció la inocencia de Ahmed Tommouhi tras pasar 15 años en la cárcel por un crimen que no cometió, ahora la Audiencia Nacional le niega la indemnización económica al considerar que "no existe un error judicial evidente".

Una sentencia que supone un nuevo varapalo para este albañil marroquí, condenado en 1991 por violaciones que no cometió. Aunque quedó libre en 2006, Tommouhi, de 74 años, no ha vuelto a ver a su mujer, no conoce a algunos de sus nietos y se ha perdido la adolescencia de sus hijos.

Una vida truncada por una sentencia judicial (basada únicamente en una rueda de reconocimiento errónea y no en el análisis del semen que lo exculpaba) a la que se suma ahora la inexplicable decisión de la Audiencia Nacional de no indemnizarle y reclamarle, además, las costas del proceso judicial.

Hablamos con él, quien vive en Sant Pere de Riudebitlles (Barcelona) con una de sus hijas, su yerno y cuatro nietos, quienes le cuidan, ya que le amputaron la pierna izquierda y tiene problemas cardíacos y diabetes.

Ahmed guardaba un gran parecido con el culpable, Antonio.

Ahmed, en los 90. Sus rasgos eran bastante similares a los del violador (dcha.), que fue detenido años más tarde gracias al trabajo del guardia civil Reyes Benítez, que siempre creyó en la inocencia del AHMED marroquí.

PRONTO: Hábleme de su actual situación familiar.

AHMED TOMMOUHI: Hace 35 años que no veo a mi mujer y a mi hija, que están en Nador (Marruecos). Me he perdido muchas cosas por estar en prisión: el nacimiento de mis nietos, las bodas de mis hijos… No tengo recuerdos de su infancia ni adolescencia. Desde que salí de prisión, al menos he podido estar presente en algunos nacimientos de mis nietos y he podido reencontrarme con mi hija, a quien dejé en Marruecos con 6 años cuando me metieron preso, y con mi hijo. A otra de mis hijas y a mi mujer no las he vuelto a ver desde entonces.

P.: Cuénteme cómo es su día a día.

A.T.: Antes de que me amputaran la pierna, estaba bastante bien. Tenía un pequeño huerto y pasaba tiempo allí. Quedaba con amigos, me tomaba un café... Lo típico de una persona mayor. Ahora, ya no. Paso los días en casa viendo la tele y salgo algunos días con una silla eléctrica que me han prestado. Aún no puedo usar la pierna ortopédica, por eso uso la silla.

P.: Acaban de negarle la indemnización y, además, le reclaman las costas judiciales. ¿Cuáles son los próximos pasos que vais a dar?

A.T.: No te sabría decir exactamente, porque se me escapan muchas cosas, pero todo lo lleva mi abogada, Celia Carbonell. Ella está haciendo todo lo posible para que esta pesadilla termine. Eso sí, tanto yo como mi familia no nos vamos a rendir. Seguiremos luchando hasta el final.

Celia Carbonell, la abogada de Ahmed.

Celia Carbonell, la abogada de Ahmed.

Ahmed Tommouchi: "Me han puesto una etiqueta que no merezco"

P.: ¿Cómo van los ánimos?

A.T.: A veces estoy bien y, a veces, mal. El ánimo me va cambiando. Este último mes he pasado por muchas emociones: tristeza, rabia por la indemnización… ¿Cómo voy a estar bien si me la niegan? Muy mal. He pasado muchos años en prisión, esperando justicia, ¿y no me indemnizan? ¿Por qué? ¿No fue un error judicial? Para mí, sí lo fue. Aun así, estoy feliz porque ya se me han absuelto de dos casos, y eso me hace sentir mejor. Me siento un poco más limpio, porque me habían manchado, me habían puesto una etiqueta que no merezco.

Ahmed acompañado por un guardia civil clave en su investigación.

Ahmed acompañado por un guardia civil clave en su investigación.

P.: Lleva 19 años libre. ¿Ha podido volver a trabajar y llevar una vida normal?

A.T.: No. Nunca he vuelto a trabajar. ¿Quién me va a dar trabajo con la etiqueta de violador? ¿Quién va a contratar a alguien que ha estado en prisión? Además, salí ya con una edad en la que es muy difícil encontrar trabajo y no recibí ningún tipo de apoyo, ni ayuda psicológica ni orientación laboral. No me han ayudado a recuperar la vida que perdí. Me arrebataron mis sueños, mis planes, todo lo que quería hacer… y, encima, sin ninguna ayuda para empezar de nuevo.

P.: ¿Ha podido volver a su Nador natal desde que salió de prisión?

A.T.: No, ¿con qué iba a volver? No tenía ni documentación ni un céntimo. Yo salí de mi país para trabajar, para ganar algo de dinero, vivir honradamente y cuidar de mis hijos. ¿Y ahora voy a volver con las manos vacías, manchado por palabras feas, con una acusación falsa encima? No pienso volver hasta que no quede completamente limpio.

Ahmed Tommouchi: "Sueño con reencontrarme con mi mujer y mi hija"

Sus grande apoyos. De izqda. a dcha, Celia Carbonell, abogada de Ahmed que coge del brazo a éste; Reyes Benítez, guardia civil clave en la investigación, que se hizo amigo del preso; uno de los yernos del protagonista del reportaje y su nieta Firdaws.

Sus grande apoyos. De izqda. a dcha, Celia Carbonell, abogada de Ahmed que coge del brazo a éste; Reyes Benítez, guardia civil clave en la investigación, que se hizo amigo del preso; uno de los yernos del protagonista del reportaje y su nieta Firdaws.

P.: Entonces, ¿volverá?

A.T.: Sí, si la salud me lo permite, aunque ya me queda poca familia. Mis padres y mi hermana murieron y no pude despedirme. Muchos amigos ya no sé ni dónde están. Sólo espero seguir viviendo y poder ver con mis propios ojos que se hace justicia de una vez por todas.

P.: ¿Qué le pide a la vida?

A.T.: Que me dé la oportunidad de luchar hasta el final, de vivir el momento en el que todo esto acabe, y de volver a ver a mi mujer y a mi hija. Reunirnos todos de nuevo y cumplir ese sueño que he tenido durante tantos años.

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