Felipe VI otorga por primera vez 6 títulos nobiliarios en su XI aniversario
Felipe VI celebra su XI aniversario concediendo seis títulos nobiliarios que rescatan memoria histórica y refuerzan la monarquía española
En el marco del XI aniversario de su proclamación como Rey, Felipe VI ha sorprendido con la concesión de sus primeros seis títulos nobiliarios, un gesto con fuerte carga institucional que busca honrar el pasado y recuperar la memoria de quienes, en otro tiempo, merecieron recibir el favor real.
Aunque se trata de la primera vez que Felipe VI recurre a esta prerrogativa, la decisión tiene carácter excepcional y conmemorativo. Aunque estos títulos no otorgan privilegios legales ni beneficios económicos, sí representan un reconocimiento histórico y cultural dentro del ordenamiento nobiliario español.
¿Cómo queda la jerarquía de los nuevos títulos nobiliarios?
La nobleza ocupa un lugar jerárquico inferior a la Familia Real: el Príncipe o Princesa de Asturias encabeza la lista, seguido de los Infantes. A partir de ahí, los títulos nobiliarios siguen un orden tradicional: Duque, Marqués, Conde, Vizconde, Barón y Señor. Los ducados son los de mayor rango por llevar la Grandeza de España, pero el Rey ha elegido el de marqués como máximo grado en esta primera tanda.
¿Los títulos nobiliarios son hereditarios?
Entre los seis agraciados destaca Jaime Alfonsín Alfonso, jefe de la Casa del Rey, nombrado marqués de Alfonsín con Grandeza incluida. La medida ha suscitado interrogantes jurídicos y protocolarios: ¿expiran con la muerte del titular o serán hereditarios? Desde 2006 rige la igualdad de género en la sucesión nobiliaria: hereda el primogénito, ya sea hombre o mujer, a diferencia de la Corona, donde aún prima el varón.
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Según la Guía Oficial de Grandezas y Títulos del Reino, actualizada al 7 de abril de 2025, existían 2.698 títulos nobiliarios en manos de 2.207 personas; con estas seis nuevas distinciones, la cifra asciende a 2.704 títulos. Pese a su carácter meramente honorífico, estos nombramientos reafirman la continuidad institucional y el peso cultural de la monarquía española.
