El nuevo papel de Fabiola Martínez tras la decisión judicial junto a Bertín Osborne por su hijo Kike
Fabiola Martínez asume un nuevo rol clave en la vida de su hijo Kike tras cumplir los 18, con el respaldo de Bertín Osborne y toda la familia
Con su ex Fabiola Martínez y Kike, su hijo en común, en el día de su 18 cumpleaños.
La mayoría de edad de Kike Osborne, alcanzada el pasado 31 de enero, ha supuesto un auténtico punto de inflexión para la familia que en su día formaron Fabiola Martínez y Bertín Osborne. Con el fin de garantizar el bienestar del joven, que padece parálisis cerebral, ambos progenitores han tenido que reordenar su vida jurídica y personal, tomando decisiones claves ante el juzgado que ahora redefinen los roles familiares.
En ese contexto, los padres consensuaron sustituir la extinta patria potestad por la figura de la curatela, un mecanismo legal pensado para proteger los derechos y la autonomía de personas mayores de edad con discapacidad. La elección no fue un mero trámite: toda la familia, incluidos los hijos mayores de Bertín y el benjamín, Carlos Osborne, compareció en sede judicial para refrendar el acuerdo que designa a Fabiola Martínez como curadora.
Curatela y apoyo legal
Designada por unanimidad, Fabiola se convierte en la responsable de velar por las decisiones cruciales que afecten a Kike Osborne y de administrar sus bienes.
Fabiola ha aprendido a cómo ser la madre que Kike necesita y eso le llevó tiempo.
A diferencia de la tutela, la curatela no sustituye la capacidad jurídica del joven, sino que solo interviene cuando él realmente lo necesite, respetando su autonomía siempre que sea posible.
Este nombramiento conlleva una obligación anual: la modelo deberá presentar al juez un informe detallado de cada gestión realizada en nombre de su primogénito.
Kike Osborne besando tiernamente a su madre.
Como ella misma explicó, se trata de “acotar el mal uso” de la figura y demostrar que ejerce correctamente ese nuevo papel legal, consciente de la gran responsabilidad que implica “tener la vida de una persona en tus manos”.
Fabiola, volcada en su hijo mayor y en la fundación que ahora lleva su nombre, afronta el reto con la serenidad de saber que cuenta con el respaldo de todo el clan y con la supervisión judicial necesaria para garantizar el futuro de Kike.