Hope, rodeado de otros niños y cuidadores del orfanato nigeriano en el que ha encontrado un hogar.
Su patética imagen, bebiendo agua de una botella de plástico, en plena calle, dio la vuelta al mundo. El pequeño, de 2 años, había sido abandonado por sus padres, quienes creían que se trataba de un «niño brujo». Trasladado a un orfanato de la asociación Africa Children’s Aid Education and Development, Hope –al que bautizaron así porque en inglés significa esperanza– se ha convertido, dos meses después, en un bebé sano y feliz. No te pierdas las fotografías de su extraordinaria recuperación, esta semana en la revista PRONTO. ¡Te emocionarás!