Los padres de la joven Pham Thi Tra My, una de las víctimas del camión de la muerte, donde viajaban hacinados otros 38 inmigrantes provenientes en su mayoría de Vietnam.
Poco a poco, los interrogantes que dejó la tragedia de los 39 muertos (31 hombres y 8 mujeres) en un camión frigorífico en Inglaterra van encontrando respuestas.
La policía de Essex, condado en el que el pasado 23 de octubre se halló este camión de la muerte, no lo ha tenido fácil. Y si primero se habló de que las víctimas eran de nacionalidad china, ahora se sabe que la mayoría son vietnamitas. Un mensaje desolador de Pham Thi Tra My, de 26 años y originaria de una región pobre de ese país asiático, dio un vuelco a la investigación y ha destapado la odisea de miles de inmigrantes que pagan auténticas fortunas a las redes de tráfico de seres humanos para embarcarse en un viaje que puede durar años y en condiciones infernales.
«Lo siento mamá. No he tenido éxito en mi viaje. Te quiero mucho... Me estoy muriendo porque no puedo respirar», le escribió a través del móvil.
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