
Georgina Regàs, en uno de sus viajes a Senegal.
Después de jubliarse, Georgina Regàs, que trabajó en las oficinas de British Airways, aprendió a elaborar confituras y mermeladas. Esta barcelonesa que vive en la provincia de Girona, se apasionó por esta afición y ha escrito dos libros al respecto, pero no se plantó ahí.
Activa y emprendedora, tenía 83 años cuando, a través de la asociación Diandé Africa, llegó al perdido barrio de Lyndiane en Ziguinchor, la capital de la región de Casamance en Senegal. Quería ayudar a las mujeres sin recursos y se le ocurrió enseñarles a elaborar mermeladas, algo desconocido en aquel lugar, con la intención de que pudieran venderlas en nuestro país.
Ya ha viajado hasta allí una docena de veces en estos últimos tres años, hasta lograr crear la cooperativa Mamás de Ziguinchor. «Es una suerte poder hacer lo que hago», nos confiesa Georgina y es que todos los beneficios que se obtengan servirán para escolarizar a los niños de la comunidad.
La emotiva entrevista al completo en las páginas de nuestra revista esta semana.