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Un convento sevillano deja las yemas para fabricar mascarillas

Con sólo tres máquinas de coser y mucho amor, las monjas agustinas confeccionan mascarillas sanitarias que ayudarán a cientos de personas.

J.C

Las 18 monjas agustinas del Convento de San Leandro de Sevilla han dejado de lado la fabricación de sus tradicionales y exquisitas yemas y se han reinventado para convertirse en un auténtico taller de costura solidario. A pesar de que la elaboración de estos dulces, junto con las donaciones de los vecinos, son su principal sustento, las religiosas han decidido arrimar el hombro y luchar unidas para ayudar en la pandemia reconvirtiendo una de las salas de su convento en un cuarto de costura en la que hacen unas 500 mascarillas sanitarias diarias destinadas a todo aquel que las necesita. 

Natividad Rodríguez Calzadilla, madre superiora de la congregación, nos habla del proyecto esta semana en Pronto. ¿Cómo se les ocurrió cambiar el obrador por un taller de costura? "Cuando oímos en el Telediario que la gente estaba muriendo y que estaban sufriendo por falta de material sanitario, pensamos que, en vez de hacer dulces, podríamos coser mascarillas en el convento y entregárselas a quien las necesitara. Hicimos varios modelos hasta que ya nos salió como las de las farmacias", nos dice Sor Natividad.

La madre superiora nos ha contado que "parece un chiste, pero una señora me ha llamado para saber cómo llevamos el encierro y le he dicho: 'Estupendamente. ¡Si yo llevo desde los 15 años aquí encerrada!". Lo cierto es que reconoce que lo están llevando "con mucha pena porque no viene nadie y el obrador, además de ser la clave de nuestra subsistencia, es lo que nos permite tratar con quines vienen a pedirnos oraciones".