Los vecinos del incendio de Valencia se unen para luchar por sus derechos
Dos meses después de la tragedia, los residentes del edificio quieren que se esclarezcan los hechos del trágico suceso y poder volver a la normalidad
Portada bombero apagando edificio
El 22 de febrero, España entera se quedó en "shock" por el devastador incendió que arrasó un edificio de viviendas en el barrio de Campanar, en Valencia. Una tragedia que acabó con centenares de vecinos sin hogar y que costó la vida a 10 personas.
Más de dos meses después de esta catástrofe, tanto propietarios como inquilinos han creado sendas asociaciones, APROICAM, la Asociación de Propietarios Afectados por el Incendio de Campanar, y ARDIC, la Asociación de Residentes Damnificados del Incendio de Campanar, con cuya presidenta, Nancy Ulloa, hablamos para que nos cuente en qué situación se encuentran actualmente.
“Lo que tenemos claro es que la vida continúa”
imagen exterior del edificio quemado en valencia
PRONTO: ¿Por qué decidisteis crear esta asociación?
NANCY ULLOA: Queríamos incluir tanto a los propietarios como a los inquilinos que se han visto damnificados por el incendio. Ahora somos 70 y seguimos recibiendo peticiones para entrar en la asociación, que es sin ánimo de lucro.
ruinas dentro de una de las viviendas quemada en valencia
P.: ¿Cuál es vuestro principal objetivo?
N.U.: Unirnos para tener la fuerza para afrontar los problemas que puedan aparecer y las dificultades que nos podamos encontrar por el camino. Queremos ir todos a una.
así aquedó una de las viviendas
P.: ¿Qué ayudas ofrecéis?
N.U.: Damos estabilidad legal y apoyo emocional. Tenemos varios despachos de abogados que nos ayudan de manera desinteresada y un equipo de psicólogos facilitados por el Ayuntamiento con los que hacemos terapias de grupo.
VECINOS VALENCIA
P.: ¿Cómo os encontráis anímicamente?
N.U.: Mejor, sobre todo gracias a lo que nos está ayudando la alcaldía y la Generalitat, especialmente en el apoyo emocional. Están muy pendientes de nosotros y no nos dejan desamparados. Lo que tenemos claro es que la vida continúa. Tenemos familia y hay que seguir adelante. Gracias a Dios, estamos vivos y sanos.
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