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El aventurero Nacho Dean ha dado “la vuelta al mundo” nadando

En la “Expedición Nemo” ha cruzado a nado los estrechos que unen los 5 continentes

La esposa de Nacho es nadadora y le ha ayudado con la técnica para nadar en aguas abiertas.

J.C

“¿Y por qué no?” es la frase preferida de Nacho Dean, pues le ha llevado a realizar grandes hitos. El primero, dar la vuelta al mundo andando y, ahora, a nado en la llamada “Expedición Nemo”.

“Cruzar a nado un océano es prácticamente imposible –nos ha contado Nacho–. Por eso, busqué los puntos más cercanos entre continentes, por ejemplo, el Estrecho de Gibraltar, que separa Europa de Africa; el de Bering, entre América y Asia; el Mar de Bismarck, Asia y Oceanía; el Golfo de Aqaba, Africa y Asia; la Travesía Meis-Kas, Europa y Asia...”.

¿Pero cuál es el objetivo de todo esto? “Más allá de la épica, del reto”, explica Dean, “lo importante para mí es denunciar el castigo al que estamos sometiendo a los océanos. He visto distintos ecosistemas marinos y quiero constatar lo dañados que están por los plásticos y los residuos que tiran los humanos; lo que está subiendo el nivel del mar por el calentamiento global, la pérdida de biodiversidad por la explotación pesquera…”.

PRONTO: ¿Qué tramo fue el más peligroso?

NACHO DEAN: El de Bering fue muy complicado. La temperatura del agua no supe- raba los tres grados centígrados. Conviví con esquimales hasta conseguir los permisos para cruzarlo a nado. Hace años se podía ir andando desde Alaska hasta Rusia, pero ahora sólo hay bloques de hielo flotando en el agua, y eso afecta a la subsis- tencia de los habitantes de la zona, que viven de la pesca y de la caza... Daba pena ver sus motos de nieve abandonadas y oxidadas porque, al no estar la superficie helada, no las podían usar.

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El aventurero recoge su odisea en un libro titulado "La llamada de los océanos".