Ernesto Sevilla repasa en 'El Hormiguero' las locas manías de su padre durante su infancia
El humorista manchego, en plena promoción de 'Sin cobertura', sorprendió a Pablo Motos al desvelar las estrictas y cómicas manías de su padre
Ernesto Sevilla habla de sus curiosas anécdotas de infancia con su padre.
Ernesto Sevilla ha visitado este martes 'El Hormiguero' para presentar su nueva película, 'Sin cobertura', donde comparte cartel con su inseparable Joaquín Reyes. La charla de desvió a sus recuerdos de infancia y, entre carcajadas, compartió varias anécdotas de su padre que dejaron boquiabierto a Pablo Motos.
Ernesto Sevilla sorprende con las obsesiones de su padre cuando era niño
“Mi padre no bajaba las ventanillas durante los viajes. Nos íbamos siempre a Alicante o a La Manga, es decir, que hacía bastante calor. Y era por una razón muy importante, y era para no despeinarse", ha dicho. "Nosotros estábamos felices porque mi padre no se despeinara, pero a la vez vomitando. Luego mi padre se enfadaba porque vomitábamos en la tapicería”, ha relatado el cómico, dibujando con humor aquellas travesías familiares.
La obsesión paterna por el aspecto físico (que Pablo Motos achaca a la coquetería del padre de Ernesto Sevilla, iba más allá del peinado. “Nos daba un líquido repugnante que sabía muy mal para que creciésemos porque mi padre estaba obsesionado con que creciésemos, los años que nos quedaban por crecer. Comieses lo que comieses, el fin de fiesta era el que era”, recordó Sevilla sobre aquel brebaje que daba por concluida cada comida.
Su hermana tampoco se libró. “Lo de mi hermana era peor porque el médico le dijo que le quedaban dos años para crecer”, explicó el humorista. Según contó, el facultativo recomendó ejercicios de suspensión “de vez en cuando”, pero su padre llevó la idea al extremo y “colocó una balda en casa para que se colgase a todas horas”.
