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Calabaza asada con queso de cabra y nueces

Con esta receta vegetariana vivirás un auténtico festín de sabores

La receta de calabaza asada con queso de cabra y nueces es una oda a los sabores y colores del otoño, ofreciendo una combinación perfecta de dulzura natural, texturas cremosas y un toque crujiente que deleitará a cualquier paladar.

Este plato no solo captura la esencia de la estación con su paleta de colores cálidos y terrosos, sino que también brinda un equilibrio nutricional excepcional, combinando las propiedades antioxidantes y ricas en fibra de la calabaza con las proteínas y grasas saludables del queso de cabra y las nueces.

Es una receta versátil que puede servir como acompañamiento en una cena familiar o como plato principal en una comida vegetariana, prometiendo siempre una experiencia gastronómica reconfortante y satisfactoria.

La preparación de este plato implica una simplicidad elegante que permite que los sabores naturales de los ingredientes brillen por sí mismos. La calabaza, una vez asada, se transforma en un lienzo suave y dulce que complementa maravillosamente la riqueza del queso de cabra y el crujiente de las nueces tostadas.

Este contraste de texturas y sabores no solo es un placer para el paladar, sino que también aporta una complejidad que eleva el plato. La facilidad con la que se prepara esta receta la convierte en una opción accesible para cocineros de todos los niveles, asegurando un resultado impresionante con un esfuerzo mínimo.

Servir la calabaza asada con queso de cabra y nueces es también una experiencia visualmente atractiva, ideal para ocasiones en las que se busca sorprender a los comensales. La presentación puede realzarse con un toque de hierbas frescas o un chorrito de miel para añadir un extra de sabor y decoración.

Este plato no solo es un testimonio de la riqueza de los ingredientes de temporada, sino que también demuestra cómo la combinación de elementos simples puede resultar en una creación culinaria excepcional. Es una invitación a explorar la creatividad en la cocina, experimentando con sabores y texturas para crear platos que calienten el alma y satisfagan el apetito.

Ingredientes
• 1 kg de calabaza
• 200 g de queso de cabra en rulo
• 100 g de nueces
• 16 tomates cherry
• 2 rebanadas de pan de pueblo
• 1 diente de ajo
• romero picado
• aceite
• sal

Tiempo Total45 minutos

Preparación10 minutos

Cocción35 minutos

Coste

Dificultad

Segundo plato Tipo de plato

Vegetariana Tipo de dieta

Primavera Temporada

4 Porciones

147 kcal/ración Info nutricional

Pasos

  • 01.

    Precalienta el horno a 200 °C. Pela la calabaza, corta la pulpa en dados regulares y disponlos en una fuente refractaria. Añade los tomates enteros, espolvorea con sal y rocía un chorrito de aceite por encima.

  • 02.

    Introduce la fuente en el horno y asa la calabaza durante 25-30 minutos. Distribuye el queso troceado por encima, remueve ligeramente y gratina durante 5 minutos, o hasta que veas que el queso empieza a fundirse.

  • 03.

    Retira del horno y espolvorea con las nueces troceadas y una pizca de romero. Aprovecha el calor del horno para tostar las rebanadas de pan, dándoles la vuelta. Restriégalas con ajo y córtalas en trozos. Acompaña la calabaza con el pan tostado.

El truco de Pronto

El queso feta es un perfecto sustituto para el queso de cabra.

La versatilidad de la receta de calabaza asada permite jugar con diferentes ingredientes para adaptarla a todos los gustos, y una excelente variación es la sustitución del queso de cabra por queso feta.

Este cambio introduce un sabor más intenso y salado al plato, lo que puede contrastar de maravilla con la dulzura natural de la calabaza asada. El queso feta, con su textura desmenuzable y su rico perfil de sabor, se funde ligeramente al entrar en contacto con la calabaza caliente, creando una experiencia sensorial única.

Esta opción es ideal para aquellos que prefieren sabores más definidos y potentes en sus platos, y los 150 g recomendados aseguran que cada bocado esté perfectamente equilibrado entre la cremosidad del queso y la suavidad de la calabaza.

Para los aficionados a los contrastes agridulces, la propuesta de un aderezo de vinagre balsámico y miel es simplemente sublime. La combinación de estos dos ingredientes crea un aliño que equilibra el ácido del vinagre con la dulzura de la miel, realzando los sabores naturales de la calabaza y el queso feta.

Al verter esta mezcla sobre la calabaza recién salida del horno, se facilita que los sabores se infundan mejor en el plato, añadiendo una capa adicional de profundidad y complejidad. Este toque final no solo mejora el sabor, sino que también agrega un brillo atractivo al plato, haciéndolo aún más apetecible y elegante para la presentación.