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Fatiga mental: los mejores trucos para acabar con ella

Es uno de los males más frecuentes en nuestra sociedad actual debido a un ritmo laboral estresante, a la saturación de información y a los estímulos constantes sobre el cerebro. Aprende a mantenerla a raya

Nuestro día a día puede estar haciendo que acumulemos fatiga mental, hoy hablamos de cómo reducirla.

Nuestro día a día puede estar haciendo que acumulemos fatiga mental, hoy hablamos de cómo reducirla.

G.G
Sección coordinada por la doctora María José Peiró, especialista en Medicina Familiar, con más de 10 años de experiencia tanto en el ámbito público como privado. Máster en nutrición y dietética.

Sección coordinada por la doctora María José Peiró, especialista en Medicina Familiar, con más de 10 años de experiencia tanto en el ámbito público como privado. Máster en nutrición y dietética.

La fatiga mental se caracteriza por una disminución temporal de la eficiencia mental de la persona. Los principales síntomas son una menor capacidad para mantener la concentración, para analizar datos, así como para tomar decisiones. Este cansancio psicológico suele estar desencadenado por un sobreesfuerzo o estrés mantenido en el tiempo debido a un exceso de trabajo en el ámbito laboral o también por situaciones personales que aumentan la tensión. Cuando la persona tiene fatiga mental se siente incapaz de dar respuesta a las exigencias y esfuerzos de tipo cognitivo que tiene ante sí. Este agotamiento psíquico puede acompañarse de apatía, rumiación, tristeza, ansiedad, irritabilidad, insomnio y dolores físicos como parestesias, fatiga ocular, cefaleas o molestias estomacales. 

Las causas más habituales 

Sobrecarga laboral. Es uno de los orígenes más frecuentes del cansancio mental sobre todo en trabajos con un exceso de tareas intelectuales. 

Factores personales. Hay personas que resisten mejor que otras los sobreesfuerzos en el trabajo y la presión. Aunque se suele ser más vulnerable a la fatiga mental en etapas personales difíciles como un divorcio o una pérdida. 

Fatiga informativa. La definió el psicólogo británico D. Lewis tras estudiar a 1300 directivos de empresas y comprobar que se produce un cansancio mental cuando se manejan excesivas cantidades de datos. Se puede acompañar de síntomas físicos. Esta saturación de información provoca que se retrasen decisiones importantes y no sólo afecta al rendimiento de la persona, sino a sus relaciones. 

Síndrome del "burnout". El agotamiento psicológico y cognitivo es uno de los síntomas más importantes de este trastorno cada vez más frecuente. Suele derivarse de un clima laboral difícil, con pocos recursos, horarios largos y alta exigencia. Se asocia más con profesiones dedicadas a los demás (personal sanitario, enseñanza, asuntos sociales, personal de oenegés, etc.). 

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Depresión. La fatiga mental suele estar presente en esta dolencia. 

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Un sueño reparador. Dormir al menos ocho horas permite al cerebro regenerarse y eliminar las toxinas acumuladas en este órgano por los esfuerzos.

 

Una enfermedad orgánica. Entre otros, la anemia, un trastorno de tiroides, un dolor persistente o la apnea del sueño que impide un buen descanso pueden desencadenar la fatiga mental y conviene descartar los trastornos físicos como causas del cansancio psicológico. 

Las medidas más eficaces para combatirla 

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Cuidar la hidratación. Tomar un vaso de agua cada 45 minutos, aún sin sed, optimiza el rendimiento cerebral.

 

Dormir. Aunque la fatiga mental suele dificultar el sueño, dormir al menos ocho horas permite al cerebro regenerarse y poner en marcha el sistema glinfático que elimina las toxinas acumuladas en este órgano durante los esfuerzos. 

Hacer ejercicio. La actividad física mejora las funciones ejecutivas, la zona del cerebro relacionada con la capacidad de concentración, el aprendizaje y la toma de decisiones. Además, favorece un sueño reparador. 

Beber agua. Con sólo un 1% menos de agua el cerebro ya presenta problemas de atención. Tomar un vaso de agua cada 45 minutos, aún sin sed, ayuda a optimizar el rendimiento cerebral. 

Realizar pausas. Lo ideal es desconectar 10 minutos cada 45 minutos para dar tiempo al cerebro a recuperar su capacidad de concentración y de memorización. 

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Evitar el "multistaking". Realizar varias tareas al mismo tiempo disminuye el rendimiento cerebral y favorece el agotamiento mental. Además, las interrupciones suponen una sobrecarga mental muy perjudicial. 

Rebajar la exigencia. Aplacar el perfeccionismo, reducir las obligaciones diarias priorizando y delegar ayuda a limitar la fatiga mental. 

Reserva tiempo para ti. Los expertos aconsejan dedicar al menos media hora al día a una actividad que reporte placer y nos aleje del estrés. 

Coger vacaciones. Cuanto más desbordados y fatigados, más necesario es hacer pausas más prolongadas para desengancharse de las preocupaciones. 

Atención psicológica. Puede ser necesaria para ayudar a la persona a relativizar, a aprender a gestionar mejor el estrés, las emociones y el tiempo en función de lo que es más importante para la persona en su vida. as cad

Remedios que favorecen el rendimiento cerebral 

Existen distintas formas naturales para ayudar a la mente a recuperarse de los esfuerzos que realiza y del estrés psíquico que representan los constantes estímulos que recibe en el día a día. Éstas son algunas de las más importantes para que tu cerebro pueda rendir mejor.a 45 minutos 

1. Tomar plantas adaptógenas. El ginseng, la rhodiola rosea y la ashwagandha son plantas de las que se ha comprobado su capacidad para aumentar la resistencia del cerebro ante un esfuerzo excepcional. Favorecen la velocidad de procesamiento mental, la capacidad de atención y de memoria. 

2. Meditar. Tanto la meditación como el "mindfulness", donde se enseña a la mente a centrar la atención en la respiración y en el momento presente, disminuyen los pensamientos y mejoran las zonas cerebrales que regulan el estrés. Además, facilitan una regeneración neuronal. 

3. Silencio. Los estímulos sonoros constantes tan habituales en las grandes ciudades agotan el cerebro porque lo colocan en un estado de alarma e impiden un descanso profundo durante la noche. Buscar momentos de silencio total le permiten recuperarse. 

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4. Contacto con la naturaleza. Los sonidos de la naturaleza relajan el sistema nervioso, reducen la presión arterial y favorecen la secreción de dopamina, la hormona del bienestar. Es el contexto ideal para dejar vagar la mente, algo muy necesario para desintoxicar el cerebro que acumula productos de desecho con la alta concentración. 

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No hace falta hacer una gran excursión: un paseo por la naturaleza puede ayudarnos a despejar la mente.

 

5. Aromaterapia. La inhalación de aceites esenciales como el de laurel, el de menta piperita, el de eucaliptus o el de pino silvestre alivian el estrés psíquico y aumentan la capacidad de atención y de aprendizaje. 

6 alimentos que nutren las neuronas 

1. Cereales integrales. Son fuente de azúcares sanos, muy necesarios para el funcionamiento del cerebro que gasta mucha glucosa cuando se concentra. 

2. Nueces. Aportan Omega 3, Omega 6 y vitamina E, nutrientes imprescindibles para la memorización y el aprendizaje. Además, sus antioxidantes reducen la inflamación en las células del cerebro. 

3. Arándanos. Sus polifenoles antioxidantes mejoran las conexiones entre las neuronas y la memoria a largo plazo. 

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¿Has probado los zumos verdes? Aunque su aspecto no sea el mejor, dependiendo de los ingredientes que añadamos pueden ser deliciosos.

 

4. Huevos. Gracias a la presencia de colina, que forma parte de las vitaminas del grupo B y es neuroprotectora, este alimento permite la fabricación de acetilcolina, un neurotransmisor implicado en los circuitos de la memoria.

5. Pescado azul. Las proteínas y Omega 3 de este alimento estimulan la secreción de neurotransmisores que mejoran la comunicación entre neuronas y el rendimiento cerebral.

6. Zumos verdes. En las verduras de hoja verde están presente el ácido fólico, la clorofila y la vitamina E que protegen las neuronas y mejoran la memoria. Empieza el día con un licuado a base de éstas.

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