Cuando los árboles y las flores polinizan con la llegada de la primavera, casi un 20% de españoles alérgicos al polen se ponen en alerta. Al entrar esta sustancia en contacto con su organismo, el sistema inmunitario desencadena una respuesta exagerada y produce síntomas como picor en los ojos (conjuntivitis alérgica), congestión nasal, picor en la nariz y en la garganta, estornudos y lagrimeo (rinitis alérgica). También puede desencadenar una sensación de ahogo, tos y pitidos (asma polínico).