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Molestias en las relaciones sexuales: las 7 causas más frecuentes y cómo solucionarlas

Conoce las mejores formas de tratar este problema, que afecta a un gran número de mujeres de distintas edades y merma su calidad de vida

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Nereida Domínguez
María José Peiró

Sección coordinada por la doctora María José Peiró, especialista en Medicina Familiar, con más de 10 años de experiencia tanto en el ámbito público como privado. Máster en nutrición y dietética..

Para un 10-15% de mujeres en edad fértil y hasta un 45% después de la menopausia el coito no resulta placentero, sino una fuente de molestias e incluso de dolor. El origen puede ser físico y en otras ocasiones psicológico, siendo la educación uno de los factores que puede dificultar la vivencia de la sexualidad.

Éstas son algunas de las afecciones más frecuentes.

Cómo puede afectar

1.- Atrofia vaginal

Con la llegada de la menopausia y el descenso de las hormonas femeninas, los tejidos de la mucosa vaginal se vuelven frágiles, son menos elásticos y puede faltar lubricación. Esto hace que la penetración a veces resulte dolorosa. Además del uso de lubricantes, siempre bajo control médico, puede ser recomendable, entre otros, un tratamiento hormonal, ya sea por vía tópica o de otro tipo.

2.- Sequedad vaginal

Este trastorno no es exclusivo de la menopausia. De hecho, afecta a un 3% de mujeres en edad reproductiva. Puede deberse a la toma de anticonceptivos, pero también a la disminución de los estrógenos que se produce después del parto o durante la lactancia. La falta de deseo o de estimulación previa a la penetración, así como la toma de ciertos fármacos como los antihistamínicos, pueden ser otras causas. Además de abordar el origen de la sequedad, ésta puede combatirse con lubricantes si es leve o, si éstos no bastan, con pequeñas dosis de estrógenos aplicados con cremas u óvulos vaginales.

3.- Vulvodinia

Se trata de un dolor crónico en la vulva que puede manifestarse con ardor, escozor e irritación, lo que aumenta con el contacto y dificulta el coito. No siempre puede determinarse su origen y el tratamiento depende en cada caso. Puede ser de ayuda utilizar ropa íntima de algodón, el uso de cremas tópicas y mantener el suelo pélvico tonificado.

Un suelo pélvico tonificado ayuda a prevenir molestias y aumenta el placer. El pilates, los ejercicios de Kegel y las bolas chinas lo fortalecen.

Un suelo pélvico tonificado ayuda a prevenir molestias y aumenta el placer. El pilates, los ejercicios de Kegel y las bolas chinas lo fortalecen.

4.- Endometriosis

En esta enfermedad el tejido endometrial crece fuera del útero, lo que puede ser causa de molestias durante la penetración. El ginecólogo tratará esta enfermedad en función del grado de afectación con fármacos, cirugía, dieta, etc.

5.- Infecciones vaginales

La presencia de virus, bacterias u hongos produce una inflamación de la vulva y otros tejidos de la zona genital generando dolor durante las relaciones sexuales. El ginecólogo ha de proceder a un examen ginecológico para determinar el origen de la infección vaginal e indicar un tratamiento para erradicarla.

6.- Vaginismo

Este trastorno se caracteriza por la contracción involuntaria de la musculatura vaginal, lo que impide la penetración o la hace muy dolorosa. Puede también dificultar la realización de un examen ginecológico o el uso de tampones. Se habla de vaginismo primario cuando la mujer no ha podido mantener ninguna relación sexual con penetración. En el secundario la mujer ha tenido experiencias de penetración placenteras con anterioridad. Sobre todo en este último caso, el vaginismo puede deberse a contracturas musculares del suelo pélvico o a un traumatismo ginecológico. En general, es necesario un abordaje multidisciplinar que incluya un ginecólogo, un sexólogo y un fisioterapeuta especializado en suelo pélvico para reeducar esta musculatura y seguir pautas que posibiliten unas relaciones sexuales sin dolor.

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7.- Cuando la causa es psicológica...

Las molestias también pueden tener un origen emocional. Uno de los motivos son una educación que ha generado miedo o ansiedad ante la sexualidad. La mujer también puede haber vivido experiencias traumáticas relacionadas con abusos sexuales. A veces incluso el estrés ocasiona una falta de deseo, que impide la excitación y la correcta lubricación.

Cómo proceder si hay molestias en las relaciones sexuales

En todos los casos hay que acudir al ginecólogo para que realice un examen pélvico y pruebas como una ecografía vaginal y una citología. Esto ayudará a discernir la causa de cada síntoma y si es física o psicológica. Puede ser necesaria la intervención de un sexólogo que dará consejos como la autoexploración del cuerpo, la autoestimulación, el uso de juguetes eróticos, dilatadores vaginales o ejercicios que ayuden a la persona a desbloquearse y a disfrutar de las relaciones sexuales.

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Conoce qué prácticas ayudan a combatir la sequedad vaginal

Cuida la comunicación con tu pareja. El cerebro es también un órgano sexual que determina la excitación y, por tanto, influye en la lubricación. Hablar con la pareja de lo que nos gusta –como las posturas que son más placenteras–, buscar juntos una solución a un problema sexual y alimentar el deseo –por ejemplo, compartiendo fantasías– puede ayudar a combatir la sequedad.

No paséis por alto los preliminares. Dedicar largo tiempo a las caricias, besos y masajes antes de la penetración es otra práctica a tener en cuenta a la hora de aumentar la lubricación. Se debe recordar que la sexualidad es mucho más que la penetración.

Toma perlas de espino amarillo. Esta planta es rica en polifenoles y aporta altas dosis de Omega 7, un ácido graso monoinsaturado que retiene el agua, lubrica y repara las mucosas del cuerpo, entre ellas la de la zona genital. La encontrarás como complemento en perlas.

Espino amarillo.

Espino amarillo.

No uses productos que alteran el ph vaginal. La sequedad vaginal puede deberse a un desequilibrio de la flora vaginal por el uso de desodorantes o de jabones agresivos. Asimismo, es importante utilizar ropa íntima de algodón.

Recurre a los probióticos. Existen óvulos ricos en bacterias beneficiosas que se aplican en la vagina para reequilibrar la flora. Inhiben el crecimiento de microbios patógenos y combaten la sequedad vaginal propia de las infecciones de repetición como las cándidas.

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