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4 soluciones para convivir con la vista cansada

La única forma de corregirla es mediante el uso de gafas, lentillas o, en última instancia, la cirugía

La vista cansada afecta al 81% de la población de más de 45 años.

Nereida Domínguez

Sección coordinada por la doctora María José Peiró, especialista en Medicina Familiar, con más de 10 años de experiencia tanto en el ámbito público como privado. Máster en nutrición y dietética.Luis Palomino

También llamada presbicia, la vista cansada no es ninguna enfermedad, se trata del proceso natural de envejecimiento del ojo.

Llega un día en el que nos damos cuenta de que cada vez nos resulta más difícil enfocar la vista al realizar actividades cotidianas como leer, mirar el móvil, enhebrar la aguja, etc.

¿Por qué ocurre?

Con los años, el cristalino (la lente natural del ojo) pierde su capacidad de enfoque. Esto hace que cada vez resulte más difícil enfocar los objetos de cerca.

Evolución

Esta dificultad no tiene lugar de un día para otro, sino que se va produciendo de forma progresiva a partir de los 45 años y durante aproximadamente unos 10. Una vez pasado este tiempo, se estabiliza.

Síntomas

La principal señal es la dificultad para leer, sobre todo la letra pequeña. Un gesto muy típico de las personas con presbicia es tener que alejar cada vez más el libro o el objeto que se quiera observar de cerca para poder verlo mejor. También puede producir dolores de cabeza y, al final del día, fatiga visual.

Cómo detectarla

En cuanto notemos estos síntomas, debemos acudir al oftalmólogo, que evaluará la visión cercana y determinará si es necesario llevar gafas o lentes de contacto. También puede realizarse un examen de agudeza visual y de refracción o un estudio de la retina, entre otras pruebas.

1. ¿Qué tipo de gafas elegir?

La presbicia, en principio, no tiene cura. Para mejorar la visión de cerca, el tratamiento más habitual es recurrir a las gafas.

Monofocales

Sirven únicamente para corregir la visión de cerca, por lo que, para enfocar distancias lejanas o intermedias, es necesario quitárselas y, si se tiene algún problema de refracción (miopía, astigmatismo...), usar otras gafas.

Bifocales

Tienen dos graduaciones diferentes, la parte superior del cristal permite ver de lejos y la inferior de cerca, por lo que es necesario mover constantemente la cabeza. Son fáciles de identificar porque tienen una raya que las divide de forma horizontal.

Progresivas

Es la opción más cómoda y estética, además de proporcionar una mejor visión. En un sólo cristal, hay varios cambios de visión: cercana, media y lejana, por lo que no es necesario cambiar de gafas ni tampoco mover la cabeza. Las progresivas pueden, incluso, confeccionarse de forma personalizada.

2. Lentillas, la opción más nueva

Es una buena alternativa para aquellos que, por cualquier razón, no toleran las gafas.

Bifocales

Tienen dos tipos de graduaciones en la misma lente, por lo que mejora la visión tanto cercana como lejana. Son las más demandadas, por su eficacia y por su precio económico.

Multifocales

Proporcionan una mayor agudeza visual, no sólo de cerca y de lejos, sino también en las distancias intermedias. Esto hace que la visión sea mejor que en las anteriores y, además, que el tránsito entre las distintas graduaciones sea más sencillo.

3. Cirugía, la solución definitiva

Es la solución menos conocida, pero también la que suele ofrecer mejores resultados. Antes de decidirse por una u otra técnica, sin embargo, es necesario informarse muy bien de las características de cada una.

Con láser

Rápida y económica, consiste en corregir un ojo para que nos proporcione la visión de cerca y otro para la visión de lejos.

Al mirar con los ojos al mismo tiempo, nuestro cerebro combina las imágenes y podemos obtener una buena visión en todas las distancias. Se trata de una solución temporal, ya que la vista cansada seguirá avanzando.

Con implante de lente intraocular

En este caso se sustituye el cristalino deteriorado por una lente permanente que permite que el ojo pueda enfocar bien a todas las distancias: cortas, medias y largas.

Además, durante la intervención se pueden corregir otros defectos visuales como, por ejemplo, la miopía, la hipermetropía o el astigmatismo, así como las cataratas. Con esta técnica, los resultados obtenidos tras la intervención son permanentes.

4. Evitar el cansancio visual

El uso de las nuevas tecnologías, unido a la presbicia, aumenta el riesgo de sufrir cansancio visual. Evítalo siguiendo estos consejos:

1. Descanso. Retírate cada cierto tiempo del ordenador, del móvil o del libro para que el ojo pueda descansar.

2. Ejercicios. Cierra los ojos y mira hacia abajo durante 20 segundos. Repite el ejercicio un mínimo de 10 veces al día. Te ayudará a relajar la vista.

3. A lo lejos. Observa un punto lejano (por ejemplo, las montañas o un edificio que puedas ver a través de la ventana) durante unos 5 minutos.

4. Distancia. Cuando fijes la vista, utiliza una luz indirecta y mantente a cierta distancia con respecto al ordenador o el libro que estés leyendo.

5. Parpadeos. Para lubricar el ojo y evitar la sequedad ocular, es conveniente parpadear con frecuencia. Ten en cuenta que si pasas mucho tiempo delante de una pantalla, es muy posible que parpadees mucho menos de lo normal.

Las preguntas más habituales

1. ¿Los colirios ayudan a frenarla?

No sirven para corregir el problema, pero pueden aliviar el cansancio visual que provoca.

2. ¿Empezar a llevar gafas acelera la dolencia?

Las gafas ni la retrasan ni la aceleran. Sirven únicamente para mejorar la visión de cerca y evitar el cansancio visual.

3. ¿Las gafas de farmacia son una buena solución?

Se trata de lentes con una graduación estándar, por lo que únicamente se aconsejan a aquellas personas con menos de 2 dioptrías de vista cansada y que no tengan miopía, astigmatismo ni hipermetropía.

4. ¿La presbicia aumenta de forma indefinida?

Siempre llega un momento en el que se detiene y deja de evolucionar. La máxima graduación para presbicia es de 3 dioptrías.

5. ¿El uso de ordenadores acelera la aparición de presbicia?

El hecho de estar forzando continuamente la vista hace que el ojo trabaje más para enfocar y se desgaste.

6. ¿Es cierto que hay personas que nunca se acostumbran a llevar gafas progresivas?

Si bien es cierto que se necesita un periodo de adaptación para habituarse a ellas, una vez pasado este tiempo, resultan cómodas y eficaces.