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Incontinencia: evita las pérdidas de orina de la forma más fácil

Se estima que el 50% de las mujeres padece este problema en algún momento de su vida y que una de cada cinco sufre pérdidas significativas regularmente. ¡Aprende cómo acabar con ellas!

Aprende aquí cómo puedes controlar la incontinencia urinaria.

Aprende aquí cómo puedes controlar la incontinencia urinaria.

N.D
Sección coordinada por la doctora María José Peiró, especialista en Medicina Familiar, con más de 10 años de experiencia tanto en el ámbito público como privado. Máster en nutrición y dietética.

Sección coordinada por la doctora María José Peiró, especialista en Medicina Familiar, con más de 10 años de experiencia tanto en el ámbito público como privado. Máster en nutrición y dietética.

Aunque puede afectar a ambos sexos y a cualquier edad, la incontinencia es una patología resulta más frecuente en mujeres a partir de los 65 años

Consiste en la pérdida involuntaria de orina que, normalmente, va asociada a un deseo repentino de miccionar.

Suele ser mucho más habitual de lo que parece y puede llegar a ocasionar numerosos trastornos emocionales.

Existen varios tipos 

1. De esfuerzo

La orina se escapa cuando se ejerce presión sobre la vejiga, como al toser, estornudar, reír, levantar algo pesado o hacer ejercicio. 

2. Imperiosa

Viene acompañada de unas fuertes ganas de orinar y no se puede evitar el escape. Se suele ir al baño de manera continua, y puede ser provocada por algún tipo de infección urinaria. 

3. Por rebosamiento

La vejiga no se vacía por completo y esto produce un goteo de orina frecuente y constante. 

4. Funcional

Está ocasionada por algún tipo de deterioro físico o mental, como puede ser una artritis grave, que imposibilita llegar al baño a tiempo. 

Causas y factores? de riesgo?

 

 

Cualquier persona es susceptible de padecer incontinencia en algún momento de su vida, pero existen algunas más propensas.

Es el caso de los niños mayores de 4 años cuando sufren enuresis (micciones involuntarias), las personas de la tercera edad, las mujeres embarazadas, los hombres con problemas de próstata o algunos pacientes neurológicos aquejados de enfermedades como el Alzheimer, esclerosis múltiple o lesiones medulares.

¿Qué hay detrás?

Los escapes de orina suelen tener varias causas, dependiendo de si son puntuales o constantes.

Determinados hábitos alimenticios, posibles alteraciones físicas o algunas enfermedades de fondo pueden contribuir a que la vejiga no sea capaz de controlar sus impulsos. 

Causas físicas

Entre ellas, se encuentran la obstrucción en el aparato urinario, problemas musculares y nerviosos, próstata agrandada, diabetes, estreñimiento grave, infecciones urinarias, aumento de peso excesivo o algunos trastornos neurológicos.

Se debe hacer una mención especial a las mujeres embarazadas, que acaban de dar a luz o que se encuentran en pleno proceso de menopausia.

En los dos primeros casos, puede producirse una incontinencia temporal debido a que los músculos y tejidos de la zona pélvica se debilitan, primero por el peso del embarazo y, más tarde, por el esfuerzo del parto.

Pero estas alteraciones son totalmente reversibles si se trabaja la musculatura de la zona: para ello, los ejercicios de Kegel van genial.

En el caso del climaterio, la falta de estrógenos hace que la musculatura de la vejiga se debilite y pierda elasticidad. 

A tener en cuenta

Este problema resulta mucho más frecuente a partir de los 65 años debido a que el envejecimiento del músculo de la vejiga puede disminuir la capacidad de almacenar orina.

Y, por otro lado, el hecho de aguantarse las ganas de ir al baño por estar trabajando o haciendo algo, a la larga favorece la aparición de infecciones que provocan pérdidas de este tipo.

La ingesta de algunos medicamentos como los antidepresivos, diuréticos, sedantes, antipsicóticos o laxantes también pueden provocar incontinencia urinaria, por lo que es recomendable consultar al médico ante cualquier posible duda. 

Alimentación para controlar la presión intraabdominal

Llevar una dieta sana y equilibrada para prevenir la obesidad y el sobrepeso es clave para acabar con la incontinencia por presión.

¡Sigue estas pautas!

1. Sí a la fibra

Evitarás el estreñimiento, causante muchas veces de la falta de control urinaria. 

2. Hidratación controlada

Es importante ingerir líquidos, pero procura no hacerlo antes de dormir ni de realizar ejercicio y evita las bebidas carbonatadas, el café y el alcohol, que pueden estimular la vejiga. 

3. Evita alimentos diuréticos

 Ojo con los alimentos diuréticos y aquellos que puedan irritar la uretra, como los picantes y los cítricos. 

Ejercicios de Kegel para potenciar tu musculatura

 

 

Te ayudarán a reentrenar tu vejiga para tener un mejor control sobre ella, fortaleciendo los músculos de tu suelo pélvico.

Estos ejercicios consisten en realizar una serie de contracciones y relajaciones repetidas diariamente, aunque hay que hacerlos de manera correcta para que resulten eficaces. 

¡Esto es lo que debes saber!

1. Localízalos

Para saber qué músculos debes trabajar, la próxima vez que estés orinando, para de repente.

Siente la zona que se ha contraído y se ha puesto firme y esa es la que debes ejercitar.

2. Así se hacen

Con la vejiga vacía, siéntate o acuéstate, y contrae los músculos del suelo pélvico. Mantenlos apretados hasta contar hasta cinco y relaja otros cinco segundos.

Haz 10 repeticiones de este ejercicio tres veces al día.

Intenta que el cuerpo esté en calma y, sobre todo, verifica que no aprietas el estómago, los muslos, los glúteos ni los músculos del pecho. 

¡Aprende aquí los mejores ejercicios para ejercitar el suelo pélvico!

3. Cuestión de práctica

Puedes realizar estos ejercicios en cualquier momento del día y en la postura que te resulte más cómoda, aunque, al principio, te será más fácil hacerlos tumbada. 

4. Conviértelos en hábitos

Empezarás a notar los resultados en semanas o meses, pero, si deseas mantenerlos en el tiempo, debes incorporar los ejercicios de Kegel a tu rutina diaria. 

?Prevención, la clave 

 

 

Complementando los tratamientos que te pueda recomendar el médico, cambiar una serie de hábitos puede ser clave tanto para la prevención como para el alivio de la incontinencia de orina.

¡Toma buena nota de ellos y ponlos en práctica!

1. Ejercicio moderado

Evita practicar algunos deportes de impacto, que pueden provocar que la musculatura se mueva e incentivar el riesgo de que se desarrolle la patología. 

2. Deja de fumar

Los componentes del tabaco irritan la vejiga y, además, la tos crónica que produce debilita y daña el esfínter, originando incontinencia.

3. Controla el azúcar

Sobre todo si eres diabético, procura mantener bajo control tus niveles de glucosa en sangre para no causar un aumento en la cantidad de orina producida. 

4. Ejercita tus músculos

Lo mejor para lograrlo son los ejercicios de Kegel, de los que te hablamos en el apartado anterior.

Otra cosa que te puede ayudar mucho son las bolas chinas, que han pasado de ser un juguete sexual a unos excelentes reforzadores del suelo pélvico, recomendadas incluso por los médicos.

Son dos pequeñas esferas que se introducen en la vagina, la cual se ve obligada a contraer los músculos para evitar que se caigan. 

El tratamiento más adecuado 

Según el tipo de incontinencia que exista, el médico recomendará algunas o varias de las opciones existentes actualmente para tratarla.

1. Medicamentos

El objetivo del tratamiento farmacológico es conseguir que la vejiga sea capaz de distenderse sin contraerse y que la uretra se mantenga cerrada al llenarse.

Hay medicación que previene los espasmos musculares, relaja la vejiga y mejora las funciones vesicales, pero se deben consultar los posibles efectos secundarios con el especialista.

2. Cirugía

En casos severos, es posible valorar la intervención quirúrgica para acabar con el problema.

La más usual es la colocación de una malla bajo el conducto de la orina que refuerce el suelo pélvico.

3. Estimulación nerviosa

Consiste en aplicar corrientes eléctricas de bajo voltaje con una sonda anal o vaginal para estimular los músculos de la zona.

Esto ayuda a limitar la frecuencia y necesidad imperiosas de orinar a cada momento. 

4. Inyecciones de bótox

En algunos casos, se puede recomendar una terapia con bótox para relajar el músculo de la vejiga y aumentar su capacidad de almacenamiento. 

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