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Ellen Church, primera azafata de vuelo de la historia

Quería ser piloto y no la dejaron, al creer que los cambios hormonales incapacitaban a las mujeres para serlo. Ella no desistió y, aunque no pudo pilotar, logró trabajar en el aire

Ellen tenía 23 años cuando hizo su primer vuelo.

Anna Lasheras

En una época en la que se consideraba que las mujeres no estaban capacitadas para ser pilotos o realizar cualquier otra tarea en un avión, Ellen Church (1904-1965) consiguió hacer realidad su sueño de volar, un deseo que tenía desde que era niña.

Por eso, además de estudiar Enfermería, como quería su padre, se sacó el título de piloto. Cuando empezó a trabajar en un hospital de San Francisco, el destino quiso que pasara cada día por delante de las oficinas de la compañía de aviación Boeing, que acababa de estrenar vuelos con pasajeros. Un día, se decidió y se atrevió a entrar para ofrecer sus servicios como piloto. Pero no tuvo éxito.

Comprobaba la sujeción de los asientos

Sin embargo, Ellen Church aprovechó la circunstancia de que los vuelos de entonces eran incómodos, se movían mucho, los pasajeros se mareaban y algunos sufrían ataques de ansiedad, para lanzar otra propuesta y ofrecerse como profesional para ayudar al pasaje. Si no podía pilotar, al menos la dejarían volar. Y así fue.

Las llamadas Sky Girls.

El 15 de mayo de 1930, Church se convirtió en la primera azafata de vuelo de la historia, en un viaje entre Oakland y Chicago, que duró 20 horas y requirió 13 escalas. Su trabajo nada tenía que ver con el de las azafatas actuales, sino que se encargaba de comprobar la seguridad de los asientos (que estuvieran ¡bien sujetos!) y de dejar a punto los instrumentos de vuelo o ayudar a calmar a los pasajeros que se ponían nerviosos.

Tuvo tanto éxito que le encargaron la preparación de siete enfermeras más para ser azafatas y así nacieron las llamadas Sky Girls, que vienen a ser las abuelas de las actuales azafatas de vuelo.