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Protector solar: ¡conviértelo en tu crema de día más efectiva!

¡No te arriesgues! Como dice el refrán, más vale prevenir que curar. Incluir en tu rutina diaria esta pantalla antiarrugas es tu mejor baza para mantener la piel joven y libre de imperfecciones

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Aradna Munuera

El mejor cosmético antiaging

El 80% del envejecimiento cutáneo tiene un único responsable: el sol. Los rayos ultravioleta, los infrarrojos y la luz visible que emite el astro rey impactan a diario –tanto si estamos en el exterior como tras una ventana– sobre las fibras de colágeno que aseguran la firmeza de la piel y las de elastina, que la mantienen flexible. Estos daños aceleran la aparición de arrugas.

Protección inteligente. Puedes pensar que la crema solar es un producto estacional, apto sólo para la playa o la piscina. Nada más lejos de la realidad. Incluir uno de amplia cobertura en tu rutina diaria como crema de día –tras la limpieza del cutis y el sérum– será tu mejor tratamiento antiarrugas y contra las manchas cutáneas, otro peaje que pagas al pasearte sin protección.

Suma activos y gana belleza

Hay una gran variedad de fotoprotectores. La primera consigna para elegir: un factor 50+, incluso en pieles bronceadas.

Tono uniforme. Opta por solares cuyos filtros cubran no sólo contra los rayos UVB, responsables de rojeces y quemaduras, sino contra los rayos UVA que favorecen la aparición de manchas. No renuncies a ingredientes como la niacinamida, la vitamina E y la vitamina C ideales para prevenir trastornos de pigmentación y aclarar la piel.

Evita los efectos de la luz azul. Añadirás fuerza a tu escudo antienvejecimiento si tu solar crema de día incluye las siglas HEV, es decir, frena los perjuicios de la luz azul sobre la piel. La emiten los dispositivos electrónicos (móvil, tabletas, etc.) sumando años a tu rostro.

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Con antioxidantes, mejor. Sobre todo si vives en una gran ciudad, otro activo a tener en cuenta son los filtros antipolución, así como los antioxidantes, ya que la contaminación agrava los efectos de la radiación solar, acelera la oxidación y el envejecimiento. Y todo esto lo puedes tener en un fotoprotector de tacto sedoso y acabado invisible.

A cada problema, una solución

Al igual que cualquier crema de día, los solares se adaptan a tu tipo de piel y necesidad.

Sensibilidad. Si tu problema son las intolerancias, opta por uno hipoalergénico con filtros minerales, agua termal y libre de perfumes. También ayudará que contengan agentes antiinflamatorios como la naringenin chalcone.

Exceso de grasa. Las pieles grasas y de tendencia acnéica agradecen las texturas ligeras (sin aceites) tipo gel, emulsiones ricas en agua o un solar compacto antibrillos. Procura que incluya activos que regulen la producción de sebo y limiten el crecimiento de bacterias responsables del acné. Falta de hidratación. Las pieles secas, deben procurarse un solar rico en agentes hidratantes (aloe vera, baobab, etc.) y aplicarlo tras un sérum rico en vitamina C.

¿Y si quiero maquillarme?

La versatilidad de los fotoprotectores no termina aquí siendo perfectamente compatibles con el maquillaje.

Perfecciona. Los que incluyen color, ya sean en crema o compactos con pigmentos –más fáciles de aplicar–, a la hora de unificar el tono de la piel y de camuflar imperfecciones, pueden competir con la mejor BB Cream e incluso sustituir a la base de maquillaje.

Ilumina. Los puedes encontrar con agentes iluminadores y pigmentos iridiscentes, que aportan luz a tu rostro rejuveneciéndolo.

Prácticas que aumentan las defensas de tu piel

TOMA BETACAROTENOS. Se encuentran en alimentos anaranjados (zanahorias, naranjas, etc.) y en complementos. Optimizan los niveles de melanina y la protección frente al sol.

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SÉRUM CON ÁCIDO FERULÓNICO. Aplicado sobre la piel limpia, refuerza las defensas naturales cutáneas frente a las agresiones externas como la polución y el sol y las internas como el estrés. Evita la deshidratación y estimula la producción de colágeno.

MÁS PROTECCIÓN Y AFTER SUN. La arena de la playa refleja un 17% de las radiaciones solares incluso bajo la sombrilla. Así que renueva cada dos horas tu crema solar y aplica un after sun hidratante tras cada exposición intensa.

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