Letizia, muy cariñosa: las fotos de sus abrazos más especiales
Prepárate para ver la faceta más cercana de la reina Letizia, cada vez más cariñosa en público
Abrazo solidario. Una de sus labores es dar visibilidad a la cooperación internacional y la Reina lo hace abrazando las diferencias raciales, sociales y culturales allí donde va.
La pandemia nos robó los abrazos y ahí nos dimos cuenta de lo mucho que necesitamos darlos y recibirlos. Un abrazo, cuyo Día Internacional se celebró el pasado 21 de enero, emociona, protege y reconforta. Es un gesto social que evidencia amor, intimidad y preocupación por alguien.
Contrariamente a la fama de persona fría que la acompaña, la reina Letizia es una mujer que abraza bien y mucho. ¡Estos son sus mejores "achuchones"!
Su inolvidable abrazo para despedirse de su hija Leonor
Letizia abrazando a Leonor.
Pese al férreo protocolo real, hay ocasiones en las que es inevitable saltárselo, como ésta, en la que la Reina se despedía de su primogénita, la princesa Leonor, que comenzaba su formación militar el pasado mes de agosto. Ajena a los ojos puestos a su alrededor, Letizia abrazó efusivamente y muy emocionada a su hija, dando lugar a una bonita imagen que no tardó en hacerse viral.
Abrazo romántico.
Con un matrimonio feliz y consolidado, la monarca cada vez teme menos mostrar su faceta privada en la dimensión pública.
Contra el protocolo.
Letizia pasó de la corrección oficial abrazando a Masako, la emperatriz japonesa a la que persigue la depresión.
Activista.
Ligada a la causa de las enfermedades raras, derrochó en una Audiencia
su complicidad con los que las sufren.
El más empático.
Tras la muerte de su hermana Érika, sabe lo duro que es enfrentar la pérdida de un ser querido. En la imagen, con una familiar de una víctima del terrorismo.
Amistoso.
La Reina acudió por sorpresa a la firma de libros de Sonsoles Ónega y se despidió de su amiga íntima con un entrañable abrazo.
A los pequeños.
Capaces de colgarse de un cuello "royal", la naturalidad de los niños saca su lado más espontáneo y sus abrazos más bonitos y divertidos.
A las capacidades distintas.
Tan emocionado estaba este joven en silla de ruedas de tenerla cerca, que casi hizo caer a Letizia cuando se acercó, sonriente, a abrazarlo.
A los mayores.
Maruja, de 90 años, le pidió un abrazo. Al dárselo, nos recordó que los ancianos los necesitan.
Deportivo.
Con sus cálidos "apapachos" rompió el protocolo para festejar ante el mundo la gesta de las futbolistas que ganaron el Mundial.