Letizia afronta un durísimo momento como madre
Aunque no suele ser una madre sufridora, a Letizia no debe hacérsele fácil que su hija se pase cinco meses tan lejos de ella y en alta mar

Letizia no puede ni quiere ocultar lo orgullosa que está de su hija Leonor.
Una hija es una hija, tenga 2, 20 o 40 años. Y una madre es una madre, sea dependienta, ingeniera o reina. Así que, como las madres de los otros 75 jóvenes guardiamarinas que el pasado 8 de enero se embarcaron en el buque escuela de la Armada, el Juan Sebastián de Elcano, la reina Letizia está preocupada por su hija Leonor.

En los días previos a zarpar, Leonor parecía de lo más contenta e ilusionada.
Son muchos los meses que va a pasar sin ver a Leonor, de 19 años, ya que entre el 11 de enero y mediados de julio, la Princesa de Asturias va a vivir una de las mayores aventuras de su vida surcando dos océanos, bordeando América del Sur por las gélidas aguas antárticas, desembarcando en ocho países distintos en los ejercerá de embajadora de excepción y conviviendo con casi 200 personas –la inmensa mayoría hombres– en un barco que, aunque no es pequeño, no deja de ser un espacio muy reducido.

La Reina Letizia, a pesar de sus orígenes asturianos, es más montañera que marinera y le inquietan los riesgos que deberá afrontar su hija Leonor en alta mar.

Entre los 76 guardiamarinas embarcados sólo hay 9 chicas.
Para empezar, como se recordó en la presentación del que será el XCVII crucero de formación del Juan Sebastián de Elcano, éste no es un viaje de placer.

Oficiales y marineros deben cumplir con la disciplina militar, el trabajo, las clases, el entrenamiento físico, las guardias... y ejercicios como los de emergencias y rescate en el mar o la subida a palos, una maniobra que se hace dos veces al día.
Maniobras no carentes de peligro

Leonor subirá a los palos dos veces al día. Hasta llegar a la telaraña –donde están sus compañeros– no irá amarrada.
Actualmente, los estudiantes van sujetos con arneses, pero sólo a partir de la primera plataforma, donde se forma la llamada telaraña –a casi 50 metros de altura–, lo que lo convierte en un ejercicio que requiere agilidad, fuerza y valor, y no es para nada apto para las personas que sufran de vértigo.
Objetivo: proteger la intimidad de la Princesa

Dicen quienes se han embarcado en el Elcano, que lo habitual es marearse los primeros días de navegación por lo que en las literas de tres pisos de los camarotes del sollado (piso) de guardiamarinas se pueden llegar a vivir situaciones embarazosas, especialmente si hay mala mar.

Si se diera el caso, Letizia deberá confiar en la discreción de las compañeras de Leonor, que se alojará con dos de las nueve guardiamarinas chicas que realizarán el viaje con ella. Y es que, aunque tanto durante su estancia en la Academia Militar General de Zaragoza como en la Escuela Naval de Marín, no se ha producido ni una sola filtración y el hermetismo de los compañeros de la Princesa ha sido ejemplar, la Reina Letizia no puede evitar preocuparse de que trasciendan informaciones sobre la intimidad de su hija, sobre todo, las relativas a actividades de ocio propias de una chica de su edad, como bromas, bailes, fiestas y nuevas amistades con compañeros o con otros jóvenes a los que conozca en los países en los que desembarque.

En cuanto a la vida a bordo, la Princesa Leonor pasará gran parte del día en la sala común, donde lo mismo se estudia que se toma el desayuno, la comida y la cena con todos los compañeros aunque, de vez en cuando, de manera rotatoria, es de obligado cumplimiento cenar con el capitán en grupos de tres o cuatro.

Antes de la llegada de la Princesa Leonor, se actualizaron los muebles de esa sala, así como algunos camarotes y otras estancias, pero lo que más ha mejorado es la enfermería, que ahora cuenta con una maletín de telemedicina conectado al Hospital Central de la Defensa Gómez Ulla, de Madrid. Esta herramienta permite ofrecer atención inmediata y a distancia a la tripulación, pudiendo hasta monitorizar sus constantes o realizarles electrocardiogramas y ecografías, entre otras pruebas diagnósticas, así que, en ese aspecto, Letizia puede estar tranquila.
Por otro lado, mientras que a bordo Leonor será una más a la que ni sus compañeros ni sus mandos se dirigirán como Alteza, sino como guardiamarina Borbón o, directamente, por su nombre de pila, en sus escalas en tierra, volverá a ser la heredera al trono y, en calidad de ello, asistirá a actos institucionales y representativos en los distintos países que visiten.
Felipe y Letizia se despidieron de Leonor

Perfeccionista como es, la reina Letizia no puede evitar preocuparse por no estar junto a su hija en esas lides, pero deberá recordar que Leonor se ha desenvuelto muy bien en los escasos compromisos que ha protagonizado en solitario y que ésta va a ser una de las etapas de mayor libertad de su vida y debe disfrutarla al máximo.

Por supuesto, los reyes fueron protagonistas en la emotiva despedida de su hija Leonor. Mira las mejores fotos del bonito momento.






Por otro lado, los reyes pueden ponerse en contacto con Leonor y, además, pueden seguir la trayectoria del buque a tiempo real con una herramienta online.