Camilla Parker sorprende con su extraño look en su encuentro con el papa León XIV
Durante la histórica visita de Estado de los reyes Carlos III y Camilla al Vaticano, la reina británica acaparó todas las miradas con un tocado negro de hojas y velo largo
Los reyes Carlos III y Camilla junto al papa León XIV.
Carlos III y la reina Camilla han protagonizado una visita de Estado sin precedentes al Vaticano, donde fueron recibidos por el papa León XIV. Se trata de la primera vez en 500 años que un monarca británico reza junto al Santo Padre, un gesto que simboliza un acercamiento histórico entre la Iglesia Anglicana y la Iglesia Católica tras siglos de separación.
Carlos y Camilla hacen historia con su visita al Vaticano
Foto: @theroyalfamily
El encuentro tuvo lugar en el Palacio Apostólico, donde los soberanos británicos fueron recibidos con honores por la Guardia Suiza antes de mantener una audiencia privada con el pontífice. El acto estuvo marcado por la cordialidad: Carlos III bromeó con los fotógrafos —a quienes calificó de “peligro constante”— y agradeció la calurosa acogida de León XIV.
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El papa, por su parte, correspondió con un tono cercano y un gesto histórico: ambos rezaron juntos en la Capilla Sixtina, un hecho inédito desde los tiempos de Enrique VIII.
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El comentado look de Camilla
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Durante la jornada, Camilla acaparó buena parte de la atención mediática. La reina consorte británica rompió moldes con un estilismo sobrio pero muy comentado, compuesto por un vestido de seda negro de Fiona Clare y un velo largo de tul de Philip Treacy.
Lo más llamativo fue su tocado en forma de corona con hojas negras, del que partía el velo que cubría su espalda. La pieza, de aire gótico, recordó a las coronas triunfales de la antigua Grecia y Roma, aportando un toque muy teatral a su look.
El resultado fue un estilismo elegante, aunque inusual, que no pasó desapercibido en redes ni entre los cronistas de moda, muchos de los cuales lo calificaron como “misterioso” y “fuera de lo convencional”.
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Para completar el conjunto, Camilla lució joyas con mucho valor historico. Destacó un collar de perlas con broche de topacio y diamantes, acompañado de unos pendientes a juego de 1830, piezas que Carlos III adquirió en una subasta en el año 2000.
Además, llevó un broche en forma de cruz que perteneció a la reina Isabel II, conocido como Raspberry Pip (“pipa de frambuesa”), heredado a través del joyero real. Un bonito homenaje de Camilla a la memoria de su predecesora.
El uso del color negro, reservado a las reinas no católicas, también respondió al estricto protocolo vaticano, donde solo las monarcas católicas —como la reina Letizia— tienen el privilegio de vestir de blanco ante el Papa.
Una cita diplomática con valor histórico
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Más allá del estilismo de la reina, la jornada fue calificada por la prensa británica como un éxito diplomático. El papa León XIV obsequió al rey con una réplica del mosaico del Cristo Pantocrátor de Cefalú, mientras que Carlos III entregó al pontífice una fotografía plateada y una imagen de San Eduardo el Confesor, patrón de Inglaterra.
Este encuentro se produce apenas seis meses después del fallecimiento del papa Francisco y marca una nueva etapa de entendimiento entre ambas confesiones.