Guillermo y Kate Middleton se quieren mudar a un nuevo palacio: así es Fort Belvedere
Los príncipes de Gales están valorando dejar Adelaide Cottage para trasladarse a Fort Belvedere, una histórica y enigmática residencia en Windsor Great Park

Guillermo y Kate Middleton.
Guillermo y Kate Middleton, ambos de 42 años, se plantean iniciar una nueva etapa en su vida familiar. Según publica el 'Daily Mail', los príncipes de Gales están considerando dejar Adelaide Cottage, su actual y discreto hogar en los terrenos del Castillo de Windsor, para trasladarse a una residencia más amplia y apartada: Fort Belvedere.

Adelaida Cottage: La casa actual de el príncipe Guillermo y Kate Middleton.
¿Por qué Guillermo y Kate Middleton quieren mudarse?
Este cambio no solo responde al crecimiento de sus tres hijos —George (12), Charlotte (9) y Louis (6)—, que necesitan más espacio y privacidad en esta etapa escolar, sino también al delicado estado de salud de la princesa de Gales.
Con Kate aún en proceso de recuperación tras su tratamiento oncológico, la necesidad de un refugio tranquilo en un lugar discreto y apartado del bullicio se vuelve más evidente.
Fort Belvedere: un palacio con historia... y misterio
Situado en el corazón de Windsor Great Park, en el condado de Surrey, Fort Belvedere es una de las propiedades más singulares de la Corona británica. Construido en 1750 por orden del rey Jorge II, su función inicial era servir como pabellón de caza y punto de vigilancia militar, aprovechando su ubicación estratégica en una colina con vistas panorámicas del campo inglés.
El palacio alcanzó notoriedad internacional cuando en 1936, Eduardo VIII firmó en su biblioteca la abdicación que sacudiría los cimientos de la monarquía británica. Su decisión de renunciar a la corona para casarse con la estadounidense divorciada Wallis Simpson convirtió al edificio en un símbolo de escándalo y amor prohibido. Desde entonces, Fort Belvedere ha sido apodado por algunos como “la casa del silencio”, envuelta en un halo de leyenda, aislamiento y misterio.
Durante la primera mitad del siglo XX, Eduardo VIII renovó la propiedad y la convirtió en un palacio funcional y moderno. Tras su marcha, la finca quedó deshabitada durante dos décadas, hasta que en los años 80 fue alquilada al multimillonario canadiense Galen Weston, quien incluso construyó una cancha de polo en los terrenos. En sus fiestas privadas llegaron a reunirse miembros de la realeza británica y europea, como la Reina Isabel II, el príncipe Felipe o la princesa Carolina de Mónaco.
Privacidad, lujo y naturaleza: las claves de Fort Belvedere
Más allá de su importancia histórica, Fort Belvedere destaca por su imponente arquitectura de estilo neogótico y sus amplios terrenos. La propiedad cuenta con más de 30 habitaciones, piscina, jardines ornamentales, invernadero, establos, dos lagos privados, una cancha de tenis y tres cabañas adicionales para el personal.
Se encuentra rodeada de más de 200 hectáreas de bosques, praderas y caminos privados, lo que garantiza un nivel de intimidad casi imposible de conseguir en otras residencias reales. Incluso se ha especulado con la existencia de un búnker de seguridad y accesos secretos, aunque estos datos no han sido confirmados oficialmente.
Un entorno seguro tras la enfermedad de Kate Middleton
Adelaide Cottage fue, en su momento, la opción perfecta para iniciar una vida más sencilla tras su salida del Palacio de Kensington. Pero tres años después, la familia parece necesitar algo más. Fort Belvedere, por su tamaño y ubicación, ofrece el equilibrio ideal entre funcionalidad, seguridad y privacidad.
Con Guillermo asumiendo más responsabilidades como heredero y Kate retomando sus funciones públicas, contar con una residencia apartada y protegida en la que descansar y refugiarse podría ser clave para la salud de Kate.
En cuanto a sus hijos, el traslado también respondería a criterios prácticos. Actualmente estudian en la prestigiosa Lambrook School, a tan solo 15 minutos del Castillo de Windsor, pero George ya ha cumplido 12 años y está en proceso de transición hacia la secundaria. Entre las opciones que baraja la pareja está el Eton College, lo que haría todavía más lógico buscar una residencia en la zona.
Por ahora, no hay confirmación oficial desde el Palacio de Kensington, pero según fuentes próximas a la familia real, la opción de mudarse a Fort Belvedere “está sobre la mesa y gana fuerza”.
También se habló en su momento de una posible mudanza a Royal Lodge, donde reside el príncipe Andrés, pero este se ha negado a abandonar la mansión, complicando la operación. Tampoco está claro si Fort Belvedere se convertiría en su residencia permanente o estacional, pero todo indica que los príncipes de Gales se mudarán pronto a una residencia más grande y privada.