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Kate Middleton y Guillermo imponen una estricta medida para proteger su privacidad en casa

Los príncipes de Gales han pedido que se limite la información pública sobre su equipo doméstico para reforzar la seguridad en Windsor

La familia real británica: el príncipe Guillermo, Kate Middleton y sus hijos George, Louis y Charlotte.

El príncipe Guillermo y Kate Middleton siguen apostando por una vida más tranquila y familiar desde que, en 2022, se mudaron a Adelaide Cottage, una vivienda ubicada en el corazón de Windsor. Alejados del bullicio de Londres, los príncipes de Gales han querido preservar su intimidad y la de sus hijos, George, Charlotte y Louis. Ahora, han dado un paso más al imponer una medida que restringe la publicación de datos sobre el personal que trabaja en su entorno más cercano.

Esta decisión se ha reflejado en el último informe anual de finanzas reales, correspondiente al periodo de abril de 2024 a marzo de 2025. A diferencia de años anteriores, por primera vez no se detalla el número ni el tipo de empleados, como cocineros, jardineros o asistentes personales, que forman parte de su equipo. Solo se especifica que la familia real cuenta con 68 trabajadores, dos más que el año pasado, pero sin desglosar sus funciones.

Una reacción a los últimos sustos de seguridad

El cambio llega después de varios incidentes preocupantes que han puesto en jaque la seguridad de la familia. El pasado mes de junio, un hombre fue detenido tras colarse en los terrenos de Windsor, muy cerca de la residencia de los príncipes. A este episodio se suma otro ocurrido en octubre de 2024, cuando dos personas encapuchadas accedieron a una granja del recinto, lo que obligó a reforzar los protocolos de protección.

El equilibrio entre deber institucional y vida familiar

En este contexto, limitar la información pública sobre el personal responde al deseo de proteger tanto a su familia como a quienes trabajan con ellos. La medida pretende evitar filtraciones y posibles amenazas, en una época en la que la exposición pública puede tener consecuencias muy delicadas para los miembros de la realeza.

En paralelo, el informe económico también ha revelado otros datos. Aunque el príncipe Guillermo no está legalmente obligado a pagar impuestos por los ingresos del Ducado de Cornualles, ha seguido haciéndolo de forma voluntaria al tipo más alto. Eso sí, en esta ocasión no se ha hecho público el importe, algo que sí solía hacer el rey Carlos III. El ducado generó unos ingresos cercanos a los 27 millones de euros, un 3 % menos que el ejercicio anterior.

Con esta medida, los príncipes de Gales refuerzan la protección de su entorno doméstico y marcan distancia con la exposición pública, especialmente en lo que respecta a la seguridad de sus hijos y del personal que les rodea.