Una limpiadora del palacio de Buckingham explica cómo lo mantenía impecable
La ex limpiadora del Palacio de Buckingham, Anne Simmons, comparte los trucos más ingeniosos para mantener el hogar impecable

Trabajar en el Palacio de Buckingham no es tarea fácil, especialmente cuando se trata de preservar el legado histórico mientras se mantiene todo perfectamente limpio. Anne Simmons, que dedicó casi una década a la limpieza de este emblemático edificio, nos revela sus mejores secretos.
En una entrevista, la limpiadora de 57 años comparte los métodos que utilizaba para asegurarse de que los muebles, las paredes y las ventanas no solo estuvieran limpios, sino conservados.

“En Buckingham no solo se trataba de limpiar, sino de conservar”, explica Anne. Ella fue consciente desde el principio de que cada pieza del mobiliario y cada elemento decorativo tenía un valor histórico que debía protegerse. Los productos y métodos que utilizaba no eran los de cualquier hogar, sino aquellos que no dañaran las superficies ni los materiales, preservando su autenticidad. “Lo que limpiábamos no eran simples objetos; cada pieza era parte de un legado”, afirma.

Trucos de toda la vida para una limpieza perfecta
Aunque muchos pensarían que en Buckingham solo se usan productos de última tecnología, Anne desmiente esa idea: “Muchos de los métodos que usábamos eran los mismos que se utilizan en cualquier hogar británico”. Entre los trucos más sencillos y efectivos, destaca uno para limpiar las más de 700 ventanas del palacio. Usaba una mezcla de agua destilada con una gota de lavavajillas, lo que lograba resultados impecables, sin dejar marcas ni residuos.
Anne cuenta que, para lograr ventanas impecables, siempre tenía a mano una jarra de agua destilada, que empapaba en un paño para frotar las superficies. El resultado era espectacular: "Nada de residuos, ni marcas, ni rayones". Además, para evitar que se formaran nieblas sobre el vidrio, almacenaba los paños de microfibra en el congelador. Esto no solo evitaba que el polvo se posara rápidamente, sino que también ayudaba a reducir la electricidad estática.

Una asistenta del palacio, limpiando una de las 19 salas de estado que tiene la residencia.
Aunque el Palacio de Buckingham es conocido por su grandeza, la rapidez del día a día obligaba a Anne a ser ingeniosa. En más de una ocasión, tuvo que recurrir a soluciones improvisadas. Por ejemplo, para eliminar la cal de los fregaderos y los lavabos, usaba refresco de cola barato, que vertía en el inodoro para eliminar manchas difíciles. Un truco sorprendente, pero efectivo, que le daba resultados en cuestión de horas.
La anécdota del slime: la solución inesperada
Uno de los trucos que ha hecho famosa a Anne Simmons es el uso del slime, el popular juguete infantil. En una ocasión, le pidieron que limpiara un coche a última hora, pero no encontraba la herramienta adecuada. “La aspiradora no estaba disponible, así que pensé en el slime que mi nieto había dejado en casa”, recuerda. La textura pegajosa del slime funcionó a la perfección para eliminar el polvo de sitios difíciles de alcanzar, como rejillas de ventilación y posavasos.
Desde entonces, Anne siempre lleva un bote pequeño de slime en su kit de limpieza. Para usarlo, simplemente hay que presionar el slime sobre las superficies polvorientas, y el polvo se queda pegado a él. Según la experta, es importante elegir un slime sin purpurina ni colorantes para no dejar marcas. Este truco se ha convertido en uno de los más populares entre las limpiadoras.

El ingenio, lo más importante en la limpieza para Anne Simmons
A través de estas anécdotas, Anne Simmons demuestra que la clave de una limpieza efectiva no es solo tener los mejores productos, sino también el ingenio para encontrar soluciones creativas.
Su habilidad para improvisar y su conocimiento de los trucos más simples la convirtieron en toda una experta en el cuidado del Palacio de Buckingham.