Guillermo y Kate copian a Felipe y Letizia
Existe cierto paralelismo entre los príncipes de Gales y nuestros Reyes. Sus monarquías están siendo castigadas por los escándalos, viven un momento de cambio y ellos han apostado por hacer todo lo que esté en sus manos para salvarlas
Guillermo y Kate copian a Felipe y Letizia
Las monarquías española e inglesa son dos de las más antiguas del mundo (la primera es la japonesa) y a lo largo de la historia han mantenido una relación marcada, la mayoría de las veces, por su rivalidad histórica, aunque también por cierta admiración.
De hecho, hace siglos, de 1554 a 1558, un rey español, Felipe II, lo fue también de Inglaterra, con el nombre de Felipe I, por su matrimonio con María I Tudor, una unión que no fue popular.
Pero regresemos al presente porque, hoy, conscientes de que la situación de la Casa Windsor es delicada –tras el Megxit en 2020, los sórdidos escándalos de abusos sexuales de Andrés y un rey, Carlos, acuciado por sus problemas de salud–, Guillermo y Kate han decidido tomar como ejemplo a nuestros Reyes por todo lo que han hecho para reflotar nuestra Corona.
Entre otras cosas, enfrentarse a los deslices del emérito que, en 2020 –el mismo año del Megxit–, tuvo que irse a Abu Dabi por sus tejemanejes financieros y sus "affaires" extramatrimoniales.
El objetivo es dar continuidad a la monarquía
Si Felipe y Letizia han querido romper con esos episodios del pasado, los príncipes de Gales siguen su camino para recuperar la popularidad perdida.
En primer lugar y emulando a Felipe, que decidió que su padre tenía que abandonar España, Guillermo le ha pedido al suyo, Carlos III, que para garantizar la continuidad de la Corona debería expulsar del país a su tío Andrés. No solo en eso nos "copian".
Los príncipes británicos también han tomado nota de otros aspectos que han ayudado a los Reyes a consolidar el futuro de su reinado, porque tienen claro que comparten con ellos la misma manera de entender lo que es una monarquía moderna, comprometida y transparente.
El poder de los símbolos
Todas las monarquías tienen un tesoro: las joyas de la corona. Kate y Letizia las utilizan en momentos puntuales y muy significativos para realzar su imagen y simbolizar la legitimidad y la continuidad dinástica. Así, en la cena de gala ofrecida al sultán de Omán, Letizia lució la tiara rusa, una de las más bellas del joyero real, que perteneció a la reina María Cristina y, tras pasar por otras testas de la Familia Real, acabó en el joyero de la reina Sofía.
Kate Middleton con la tiara Lover’s Knot
También Kate lució una tiara especial en el último banquete a Donald Trump: la Lover’s Knot, una de las joyas favoritas de la princesa Diana, que había pertenecido a María de Teck, esposa de Jorge V.
Aparte de los momentos en que se muestran como "royals" en todo su esplendor, Letizia y Kate saben cómo vestirse para cumplir con su agenda cotidiana y, a fuerza de elegir cuidadosamente sus atuendos, se han convertido en iconos de la moda. Por edad, Letizia –tiene 53 años, 10 más que Kate– lo fue antes. Pero ahora, lo son las dos, creando tendencia a la velocidad de un rayo.
Espontaneidad y cercanía
El protocolo no lo es todo. Los Reyes lo saben y, a veces, se dejan llevar por sus emociones, conscientes de que esa espontaneidad les acerca a la gente y sirve para dar más visibilidad que una campaña institucional a la propia monarquía y a cuestiones como, por ejemplo, las tradiciones ancestrales. Que su trabajo también es ése, preservarlas.
Felipe nos regaló un ejemplo de esto el pasado octubre cuando, durante la entrega del premio de Pueblo Ejemplar a Valdesoto, Asturias, él, Letizia y sus hijas se toparon con una exhibición de bolos. Sin que nadie lo esperara ni estuviera previsto, el Rey se lanzó a participar. "Se remangó y tiró la bola. Se nota que sabe, solo por cómo la coge", dijo Sergio Hevia, el campeón de Asturias de este deporte tradicional.
Algo parecido hizo Guillermo, que también se olvida de que es un "royal" fácilmente, sobre todo si hay deportes por medio. En su reciente viaje en solitario a Brasil, se atrevió a jugar a voley en la icónica playa de Copacabana, en Río de Janeiro, haciendo una demostración de agilidad y buena forma física.
El gesto de simpatía y proximidad más reciente de los ingleses tuvo lugar hace unos días, cuando les ofrecieron "una copa de agradecimiento a la brigada de obreros y empleados", por haber terminado antes de lo previsto las obras de rehabilitación de su nuevo hogar, Forest Lodge.
Un buen equipo para mejorar la monarquía
Si algo caracteriza el reinado de Felipe y Letizia es la sensación de unión que transmiten y la solidez de su relación. Siempre se han apoyado, tanto en lo profesional como en lo emocional, especialmente cuando la experiodista daba sus primeros pasos en la Zarzuela y Felipe le hizo de guía o cuando ella supo estar al lado de su marido en el difícil proceso de la ruptura con su padre. Guiños cariñosos como que Felipe le pase una mano por el hombro a Letizia durante ceremonias como el funeral por las víctimas de la dana o en la despedida de Leonor son habituales entre ellos. Y consolidan la idea de una monarquía moderna y empática.
Lo mismo ocurre con Guillermo y Kate, cuya complicidad se manifiesta en numerosos actos oficiales y también en el ámbito privado, como ocurrió el año pasado, durante el cáncer de la princesa, cuando Guillermo fue su "gran fuente de consuelo y seguridad".
Amor de padres más que de "royals"
El día que anunciaron su compromiso, ha hecho ahora 22 años, Letizia dejó muy claro que la decisión de unir sus vidas había sido "fruto de reflexiones muy intensas y, sobre todo, con el peso y la solidez del profundo amor que nos tenemos y del proyecto común que iniciamos". Ese proyecto se convirtió, en pocos años, en la familia que han formado junto a Leonor, nacida en 2005, y Sofía, en 2007, pilares del futuro de la monarquía.
En ellas han volcado todo su amor de padres, que no de reyes, y, gracias a ello, han conseguido tener una relación protagonizada por el cariño, el apoyo y la complicidad, tratando de ser como cualquier otra familia. Por ello, Felipe y Letizia han apoyado públicamente más de una vez la conciliación familiar y a la Asociación para la Racionalización de los Horarios Españoles.
Guillermo y Kate, que llegaron a la paternidad más tarde que Felipe y Letizia –George nació en 2013; Charlotte, en 2015, y Louis, en 2018– apuestan por una misma línea en la educación de sus hijos, en el sentido de priorizar por encima de todo sus necesidades.
Eso hizo que los príncipes de Gales decidieran mudarse a un entorno natural para educarlos en el respeto al medio ambiente, lejos del foco mediático y del ritmo imparable de una gran ciudad como Londres.
La importancia del compromiso con causas sociales
La reina Letizia siempre ha destacado la importancia de la solidaridad, que convierte a la monarquía en una herramienta para mejorar el mundo. Hace poco reafirmó su compromiso en este sentido haciendo suyas las palabras que Felipe pronunció en septiembre ante la asamblea de la ONU: "La dignidad humana no es negociable".
Si nuestra Reina es un potente altavoz para llamar la atención y concienciar sobre temas tan fundamentales como la salud mental, el cáncer, la infancia vulnerable, los refugiados, las enfermedades raras y las personas con discapacidad, tanto a través de su agenda oficial como mediante las fundaciones que preside, Kate no se queda atrás. La esposa de Guillermo colabora con numerosas organizaciones relacionadas con temas como la salud mental de los jóvenes, el deporte, el medio ambiente, el cáncer, las adicciones y la infancia.