Esther Arroyo, recuerda el accidente que casi le cuesta la vida: “Me daban unos dolores que me tenía que tirar al suelo”
La ex Miss España rompe el silencio para contar cómo luchó contra secuelas devastadoras y cómo ha vuelto a sentirse viva
En octubre de 2008, la vida de Esther Arroyo (1990, Miss España) dio un vuelco. Viajaba con Ana Torroja, su marido y amigos por la N 340, cuando una furgoneta apareció de repente. El impacto fue brutal, y uno de ellos, Ulises de Assas, falleció. Esther sufrió una fractura grave en tibia y peroné, y temió no volver a caminar igual. La rueda del coche “explotó los huesos”, relató tiempo después.
Esther Arroyo y Ana Torroja juntas en una imagen de 2014.
Años de dolor, lucha y fatiga extrema
Las secuelas la marcaron física y emocionalmente. Durante años, afirmó que “He estado mucho tiempo sin hacer vida normal. Me daban unos dolores en las piernas que me tenía que tirar al suelo”. Fue una etapa oscura, en la que terminó solicitando la invalidez permanente en 2012. Incluso sobrevivió vendiendo enseres, cuadros y su casa para sufragar los costosos tratamientos.
En 2015 recibió una indemnización judicial —inicialmente de 463.726 € y finalmente reducida a alrededor de 330.000 €—, un proceso que la dejó marcada, pero que le permitió salir del precipicio económico.
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Renacer, operación y nueva energía
Aunque los efectos del accidente permanecieron latentes, en 2024 una operación descubrió una secuela imprevista: “Me tenía sin energía. Ahora estoy como una moto”, compartió con alivio; sentía que habían borrado diez años de desgaste.
Redes sociales de Esther Arroyo
En aún más reciente aparición televisiva, reconoció: “El accidente me destrozó por completo”, pero también aseguró que, entre tratamientos y días buenos y malos, “estoy muy bien para lo que fue”.
Redes sociales de Esther Arroyo
Con movida trayectoria televisiva y personal, tras la tragedia, Esther ha conseguido levantar cabeza. Ha regresado poco a poco a su pasión: el teatro, actuaciones puntuales, y compartir en redes su día a día, junto a su familia y su fuerza intacta.
