Jorge Javier Vázquez explica las duras secuelas de su último retoque estético
El presentador confiesa en ‘¡De viernes!’ los retoques faciales que se hizo este verano, un proceso largo y complicado que incluso le llevó de vuelta al quirófano
Jorge Javier Vázquez sorprendió en el plató de ¡De viernes! al hablar, con total sinceridad, de los retoques estéticos que se ha realizado en los últimos meses y que han cambiado notablemente su imagen. Aunque en un primer momento evitó reconocerlo, finalmente explicó que decidió operarse porque no llevaba bien verse en pantalla a sus 55 años.
El presentador admitió que el paso del tiempo le pesaba cada día más cuando se veía en televisión. Confesó que, en algunas ocasiones, le costaba incluso salir de casa por la imagen que proyectaba. “No me gustaba lo que veía”, aseguró, explicando que esa incomodidad fue el detonante que le llevó a pedir cita con un cirujano.
Un cambio físico mucho mayor del que tenía previsto
La idea inicial de Jorge Javier era retocarse únicamente el cuello, pero el especialista le planteó un tratamiento más completo para rejuvenecer su rostro. En plena etapa de bienestar personal, el presentador decidió seguir su recomendación y dar un paso más en su proceso de cambio.
El primer gran bloque de intervenciones incluyó una cirugía en los ojos, la elevación de las cejas y una corrección en la piel situada bajo el labio, un trabajo conjunto que mejoró notablemente la expresión de su rostro. Pero aún quedaba la parte más compleja.
Diez horas de quirófano y complicaciones posteriores
La operación principal consistió finalmente en un lifting de cuello y un retoque en la línea de la mandíbula, un procedimiento que se prolongó durante diez intensas horas. Sin embargo, lo más difícil llegó después. Debido a la medicación que toma desde que sufrió un ictus, el posoperatorio se complicó y su tensión arterial se disparó la primera noche.
El propio Jorge Javier relató que pasó momentos muy duros por los fuertes dolores y la imposibilidad de estabilizarle la tensión. Cuando por fin pudo regresar a casa, se llevó otro susto: su rostro comenzó a hincharse de forma alarmante, lo que obligó a los médicos a intervenir de nuevo para drenar.
La situación se agravó con un derrame y una deformación visible en la cara, que le impedía incluso cerrar un ojo. “Parecía otra persona”, explicó, recordando el impacto que le causó verse tan cambiado durante aquellos días.
Afortunadamente, con el paso de las semanas consiguió recuperarse por completo. A día de hoy, el presentador se encuentra bien y afirma estar muy satisfecho con el resultado. “Me veo mucho mejor y más cómodo con mi nueva imagen”, reconoció en Telecinco.