Lara Álvarez tiene un nuevo y sorprendente trabajo alejada de la TV: ella misma lo cuenta todo
La presentadora vive una etapa de cambio profesional centrada en la docencia, el autoconocimiento y la neurociencia, sin cerrar la puerta a la televisión
Lara Álvarez atraviesa uno de los momentos más serenos y reflexivos de su vida. Tras más de dos décadas ligada a la pequeña pantalla, la presentadora ha decidido abrir una nueva vía profesional alejada, por ahora, del foco televisivo, apostando por un proyecto muy personal que le permite crecer y ayudar a otros.
Lejos de los platós, la asturiana se ha volcado en la docencia y la formación, impartiendo clases a personas que desean dedicarse a la televisión y al reporterismo, pero también trabajando con el autoconocimiento, la comunicación y el desarrollo personal en entornos profesionales.
Un proyecto muy meditado
Lara Álvarez será profesora de un curso para futuros profesionales del mundo de la comunicación.
Este nuevo rumbo no es fruto de una decisión impulsiva. Lara lleva más de tres años formándose en un ámbito que le apasiona: la neurociencia aplicada al crecimiento personal, según explican en Hola. Un camino que, según ella misma ha explicado, le ha abierto una manera distinta de entender cómo funciona la mente.
Su formación como coach en neurociencia, estructurada en distintos bloques y con evaluación final, le ha permitido unir su experiencia comunicativa con el estudio de la neuroplasticidad y la programación cerebral, un terreno que confiesa le resulta fascinante.
“No he dejado la televisión”
Lara Álvarez posando para un programa de Mediaset.
Pese a lo que se ha publicado, Lara es clara: no ha abandonado la televisión. Simplemente, los proyectos que le han llegado en los últimos tiempos no encajaban con el tipo de entretenimiento que ahora desea hacer, más alineado con sus valores y con un público familiar.
La presentadora reconoce que el medio televisivo atraviesa un momento de transformación profunda, con audiencias más fragmentadas y nuevos hábitos de consumo, y ha preferido esperar a que llegue una propuesta que realmente le ilusione.
Este paréntesis le ha regalado algo que valora por encima de todo: la libertad de decidir. Poder escoger qué hacer, cómo hacerlo y desde dónde, sin prisas ni presiones, se ha convertido en su mayor éxito personal y profesional.