La madre de Michu quiere llevarse bien con Gloria Camila por el bien de la pequeña Rocío
La abuela de Rocío clama por la paz y por el bienestar de su nieta tras la dura pérdida de su hija Michu
La madre de Michu y Gloria Camila
Tras la trágica pérdida de Michu, su madre, Inma Gamaza, ha decidido hablar desde el corazón. En una sincera entrevista con el medio EGOS, ha dejado claro que lo más importante ahora es la estabilidad emocional y familiar de su nieta Rocío, fruto de la relación de Michu con José Fernando, hijo de Ortega Cano y hermano de Gloria Camila.
Michu Rodríguez y José Fernando Ortega tienen una hija en común, María del Rocío (Instagram)
“Quiero partir de cero y mantener una relación cordial con la familia paterna de mi nieta Rocío”, ha declarado Inma a Alejandro Santiago para EGOS. Asegura que, aunque el dolor es inmenso, Rocío es ahora su motor: “Ella es la que me da fuerzas en este momento tan duro”.
La madre de Michu: “Con Gloria Camila no tengo relación, pero debemos tenerla”
Inma también ha explicado que está intentando reconstruir puentes con la familia de Ortega Cano. Aunque no tiene trato cercano con Gloria Camila, reconoce que su nieta ha estado recientemente con ella y que hoy mismo la trae de vuelta a casa.
Además, quiso disculparse públicamente por sus palabras en una intervención anterior en televisión: “Es cierto que llamé a Gloria para pedirle perdón. Estaba muy vulnerable y dije cosas que no debía. Lo único que quiero es que mi nieta tenga una infancia feliz”.
Tamara, una hermana impulsiva en pleno duelo
Sobre su otra hija, Tamara, Inma mostró preocupación. Considera que su comportamiento en los medios puede estar motivado por el duelo que atraviesa, pero cree que debería dar un paso atrás. “Está un poco acelerada. Tiene su dolor y piensa que hablar le sirve de terapia… pero le he dicho que se calme un poquito”.
Aunque respeta las decisiones de Tamara y no se mete en cómo gestiona su vida mediática, Inma afirma que lo único que le importa es proteger el entorno de su nieta. “Mi hija no tenía un corazón malvado, pero sí unos prontos muy malos”, dice, intentando comprender a Tamara sin justificar sus impulsos.
La prioridad de las dos familias: la pequeña Rocío
A sus 8 años, la pequeña Rocío ha tenido que enfrentarse a una dura realidad. Inma asegura que la niña “es muy madura para su edad” y que ya intuía que su madre estaba muy enferma. “Nunca le hemos mentido”, afirma.
Pese a trabajar muchas horas al día, la abuela está dispuesta a reorganizar su vida si es necesario: “Si tengo que trabajar solo cuatro horas, lo haré. Mi nieta y yo nos queremos muchísimo, y junto a mí, es feliz”.
Inma pide paz. Quiere que Rocío crezca rodeada de amor y respeto, compartiendo tiempo con ambas familias. Aunque el dolor por la pérdida de Michu aún pesa, su mensaje es claro: es momento de unión, no de conflictos.
