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Messi y Antonella: las fotos más románticas de sus lujosas vacaciones

La pareja y sus tres hijos han disfrutado de unos días de relax en Ibiza con Cesc Fàbregas y su familia, a los que les une una gran amistad

El matrimonio, que se conoció en la ciudad de Rosario cuando eran pequeñitos, se muestra muy unido tras casi dos décadas de relación.

Redacción

La isla Pitiusa ha sido testigo del amor y la pasión que han desprendido el futbolista Leo Messi y su mujer, Antonella Rocuzzo, durante sus vacaciones de verano, donde se les ha visto muy cariñosos y acaramelados. La pareja argentina, que comenzó su relación en el 2004, siendo los dos muy jovencitos, se muestra muy unida y enamorada tras casi dos décadas junta y tres hijos en común.

La villa de lujo donde se hospedaron junto con la familia Fàbregas.

Fue el pasado domingo 19 de junio cuando tomaron tierra en Ibiza junto con la familia Fàbregas, con quien suelen compartir viajes. Los dos matrimonios, que se convirtieron en grandes amigos durante su etapa en Barcelona, y los hijos de ambos, aterrizaron en el aeropuerto de la isla balear a bordo del avión privado del jugador argentino, que partió desde Sevilla, donde habían asistido a la boda de su excompañero de equipo Jordi Alba.

Messi y Antonella lucieron tipazo durante sus vacaciones.

Daniella y Antonela, muy guapas y bronceadas.

Las dos familias se hospedaron en Sa Ferradura, la finca más exclusiva de Europa y que cuesta 300.000 euros a la semana. Con 3,5 hectáreas, 2 piscinas y 20 personas a su servicio, no sólo hizo las delicias de los tres hijos de Messi y Antonela y las tres hijas de Cesc y Daniella, que pudieron corretear a sus anchas, sino también de los dos matrimonios, que hasta disponían de un masajista y un chef privado.

Messi con sus tres peques.

Messi pasándolo pipa en el agua con su hijo Mateo.

Messi y Antonela llevan juntos desde el 2004 y se muestran tan enamorados como el primer día.

Y mientras las tardes las ocupaban en la espectacular villa, durante el día aprovecharon para navegar en las cristalinas aguas de la isla a bordo de un yate, por el que pagaron 9.900 euros la jornada. Todo un despliegue de lujo que sólo está al alcance de unos pocos.