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Michael J. Fox abre su corazón para hablar de su alcoholismo

El actor ha reconocido que cuando supo que tenía Parkinson se hundió y se dio a la bebida

Michael mantuvo durante siete años su enfermedad en secreto sin dejar de trabajar.

Nereida Domínguez

Tenía 29 años y, entre el desconcierto, el miedo y la rabia, Michael J. Fox no quiso asumir el diagnóstico que le hicieron en 1991 de la enfermedad de Parkinson.

Eso es lo que nos cuenta la estrella de ‘Regreso al futuro’, que tiene 61 años, en un documental sobre su vida, ‘Still: A Michael J. Fox Movie’ (Apple TV+), donde confiesa que ocultó sus problemas de salud durante siete años, mientras luchaba en privado contra la enfermedad y la depresión.

Michael J. Fox: "No sabía qué estaba pasando"

Fox estaba aterrorizado por el diagnóstico y recurrió a la bebida para olvidar. "No sabía qué estaba pasando ni lo que se avecinaba. Pensé que por qué no tomar cuatro copas de vino en lugar de una. Así que sí, definitivamente soy alcohólico, pero llevo 30 años sin beber", reconoce.

Mientras vivía ese infierno íntimo, Michael continuó con sus proyectos de cine y TV y empezó a consumir dopamina "como quien toma caramelos", para combatir los primeros síntomas del Parkinson, y a usar accesorios para ocultar los temblores.

"No se trataba de algo terapéutico, sino de esconderme. Me convertí en un virtuoso a la hora de ingerir drogas", explica el actor que, tras reconocer públicamente que tenía Parkinson en 1998, empezó a salir del pozo gracias a su esposa, Tracy Pollan, y a sus cuatro hijos, que han sido su inspiración. "Ahora puedo seguir adelante, tengo mi fundación y puedo estar con mi familia y dejar que se preocupen por mí", dice con optimismo.