La primera entrevista de Iñaki Urdangarin: habla de sus hijos, de su novia y de su futuro

Después de años alejado de los focos, Iñaki Urdangarin (56) vuelve a la escena pública con una entrevista concedida a La Vanguardia en la que reflexiona con serenidad sobre su pasado, su familia y la vida que lleva hoy junto a Ainhoa Armentia.

En este nuevo capítulo personal, el exdeportista asegura sentirse en paz, agradecido y centrado en aprovechar cada día.

Instalado en Vitoria, donde reside junto a su pareja, Ainhoa Armentia, Urdangarin lleva una vida que él mismo define como “muy rutinaria”. Se levanta temprano, practica deporte, se ocupa de tareas domésticas y mantiene el contacto con viejos amigos. También sigue muy próximo a su madre, Claire Liebaert, quien ha sido un pilar fundamental en su proceso de reconstrucción personal.

Allí ha encontrado la calma que tanto necesitaba y, sobre todo, un propósito: ayudar a otros. Durante su paso por prisión, estudió Psicología y coaching, sentando las bases del proyecto que hoy es su principal motor: Bevolutive, una iniciativa centrada en acompañar a personas que deseen mejorar sus competencias y motivación.

“Dentro me empecé a formar para salir y ayudar a otras personas a plantearse cualquier reto, motivación o competencia que quieran mejorar porque creo que mis experiencias excepcionales más la formación que fui adquiriendo pueden servir para ayudar”, explica.

En la entrevista, Iñaki también se muestra especialmente emocionado al hablar de su hijo Pablo, actual jugador estrella del Granollers. “Soy muy pesado con mi hijo”, bromea, aunque lo dice con ternura. “Pero Pablo es fantástico porque escucha”.

Recuerda que, cuando su hijo dudaba sobre su camino, él le dio un consejo clave: “En los deportes de equipo, como persona te vas a formar muchísimo mejor. Y yo te recomendaría que cogieses algo donde sacases partido a tus talentos”.

Además, compartió con él tres enseñanzas que Pablo sigue aplicando cada día: “El primero, humildad, que, si se creía algo, al día siguiente no sería nada. Luego también le decía que para jugar a balonmano debe tener una actitud de guerrero. No puedes estar a medias tintas ni quejarte de que no te ponen o de que juegas en una posición que no te gusta. Y tercero, la gestión de las victorias y las derrotas, donde tras las victorias se vuelve a empezar de cero y tras las derrotas se pueden extraer cosas buenas para el futuro”.

A pesar de las circunstancias que llevaron al fin de su matrimonio, Iñaki asegura que su relación con la infanta Cristina sigue siendo “excelente”. La madre de sus cuatro hijos ha sido, según reconoce, parte clave de su vida, y hoy mantienen una relación cordial y cercana.

Respecto a Ainhoa Armentia, con quien comparte su presente, la conexión fue inmediata desde que se conocieron en el bufete de abogados donde él empezó a trabajar tras su salida de prisión. Apostaron por su historia, aunque ambos estaban casados entonces, y ahora viven su relación con discreción y estabilidad.

“Es una vida ordenada. Me he vuelto a reencontrar con cosas de la sencillez, que después de todas las etapas de mi vida es lo que más me apetece”, reflexiona.

“He tenido años muy complicados en los que te centras en tu defensa. Mi vida ahora no llama la atención a nadie. Tengo la sensación de que se me ha escapado el tiempo y quiero aprovecharlo muy bien”.