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Ronna, la viuda de Papuchi, lo cuenta todo sobre su amor

Ronna Keitt, la madrastra de Julio Iglesias, recordó con mucho cariño su relación con el popular ginecólogo

La pareja con su hijo, Jaime, que actualmente estudia la carrera de piano.

Papuchi y Ronna Keitt fueron una de las parejas más queridas de los años 90, sobre todo por el cariño y simpatía que el Dr. Iglesias Puga desprendía en cualquier momento y situación.

Eran requeridos en los eventos sociales de la época y siempre destacaban por su amabilidad con los reporteros, para los que hablaban y posaban con mucha educación. Se les veía muy felices y enamorados, a pesar de la diferencia de edad. Y es que, cuando se conocieron, Ronna Keitt tenía 25 años y él, 73. Fue una historia de amor que los españoles seguimos con cariño y curiosidad y que, lamentablemente, se terminó cuando el padre de Julio Iglesias falleció en diciembre de 2005, dejando a Ronna sola, embarazada de Ruth, la segunda hija del matrimonio, y con Jaime, el primogénito de la pareja, que tenía sólo un añito y medio cuando se quedó sin padre.

Ronna, sobre Papuchi: “Me conquistó su sentido del humor”

Ronna durante su entrevista en ‘TardeAR’.

Ahora, cuando pronto se cumplirán 20 años de su muerte y 110 años de su nacimiento (es la edad que hubiera alcanzado el pasado 26 de julio), su viuda aceptó hablar en exclusiva para ‘TardeAR’, la primera vez que lo hace en un programa de televisión.

“Lo hago para recordarlo”, manifestó Ronna, que, a sus 59 años, sorprendió por su cambiado aspecto, muy alejado del que lucía durante su relación con el famoso ginecólogo. Eso sí, sigue manteniendo su carácter afable y alegre y su bonita sonrisa. Y es que, tras perder a su marido, se alejó del foco mediático, concediendo contadas exclusivas a lo largo de estas dos décadas, por lo que poco sabíamos de cómo estaba físicamente. En el programa emocionó con su simpatía, su dulzura y la serenidad con la que recordó al hombre que marcó su vida.

Ronna con su marido.

“El doctor siempre ha sido el hombre y el amor de mi vida. Me impactó profundamente”, reveló. Keitt, que es licenciada en Filología Española por la Universidad de Temple, en su Filadelfia natal, explicó que conoció al padre de Julio Iglesias en 1990, durante unas vacaciones en Madrid.

Tomaba algo con una amiga por el madrileño paseo de La Habana cuando escuchó un simpático “Pss, pss, nena” que le cambió la vida. “Fue amor a primera vista por su parte. Me conquistó su sentido del humor, su inteligencia y sus valores. Era muy juvenil y muy astuto. No se notaba tanto la diferencia de edad”, añadió la norteamericana.

Ruth, la hija que Papuchi no llegó a conocer, ya es mayor de edad

Ruth, la hija que Papuchi no llegó a conocer.

Tras once años de relación, se casaron en secreto el 1 de marzo de 2001 en Jacksonville (EEUU). “Fue un día tranquilo, con mi familia. Él quería casarse más que yo, quería formalizar la relación y formar una familia. No me he arrepentido nunca de ese matrimonio. Viví un cuento de hadas”, manifestó con mucho cariño.

Por eso, ella siempre ha querido que sus hijos fueran conscientes de esta bonita historia entre ellos, enseñándoles los valores que admiraba de él. “Es importante para que sepan la persona que era. Que aprendan, que no se tomen las cosas en serio y sean felices y alegres”, comentaba. Por eso, le gusta visitar con ellos España, para que conozcan sus raíces. “Recordamos a su padre cuando estamos en Galicia, Peñíscola y con los amigos que son como familia”, explicaba, sin mencionar si ahora hablan con la familia paterna. “La relación se ha enfriado”, explicaba Leticia Requejo.

Ronna con sus dos hijos, tomando algo en una granja durante unas vacaciones en Peñíscola.

Afortunadamente, Papuchi se preocupó de que a Ronna y a sus hijos no les faltara de nada, dejando a su mujer, según explicaron en ‘TardeAR’, dos propiedades en Madrid, una en EEUU y otra en Peñíscola, donde pasan algunos veranos, además de dos millones de euros.

“Le va a quedar dinero suficiente para vivir como una reina”, aseguraba el Dr. Iglesias en una entrevista. Y así ha sido, ya que Ronna se ha dedicado este tiempo a cuidar de sus hijos y a gestionar su patrimonio a través de varias empresas, de las que actualmente está activa una, que se dedica al negocio del petróleo. Hoy vive tranquila en Florida, alejada de los focos, pero sin olvidar a quien ha sido su gran amor. “Lo recuerdo con alegría”, decía, muy emocionada.