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Tita Cervera y Borja: tras la tempestad, llegó la calma

El 30º aniversario de la inauguración del museo Thyssen ha llegado en el mejor momento para la baronesa y su hijo que, tras años distanciados, están consolidando, al fin, una buena relación familiar

Tita Cervera

Tita Cervera junto a su hijo y la mujer de éste, Blanca Cuesta.

Jaime Peñafiel
En esta sección, Peñafiel analiza cada semana a los personajes más fascinantes del mundo del corazón y cuenta historias y anécdotas, muchas de las cuales vivió en primera persona

En esta sección, Peñafiel analiza cada semana a los personajes más fascinantes del mundo del corazón y cuenta historias y anécdotas, muchas de las cuales vivió en primera persona.

Hace ya tres décadas que una de las mejores pinacotecas del mundo tiene su hogar en Madrid, en el Palacio de Villahermosa. Prueba de la importancia de la colección de arte del barón Thyssen lo fue que a la inauguración del museo, en aquel mítico 1992 (el año de la Expo de Sevilla y los juegos de Barcelona), acudió la flor y nata de la sociedad, la política y la cultura de nuestro país, desde el Rey y la Reina hasta Felipe González, por entonces presidente del Gobierno. Sin duda, una de las grandes responsables de que esta preciada colección se instalara en la capital de España fue Carmen Cervera, hoy baronesa Thyssen.

"La colección la traje yo, que nadie lo dude", recuerda cada vez que tiene ocasión Tita, a la que quien esto escribe ha considerado siempre una amiga. De hecho, ella en persona me invitó a su boda con el barón, el 16 de agosto de 1985, en el Ayuntamiento de Moreton-in Marsh, junto a su castillo británico de Daylesford.

Tita Cervera boda Heini

El día del enlace de Tita y Heini, en 1985.

Con aquella invitación, Carmen demostró ser una mujer muy agradecida. Posiblemente no olvidaba el favor que yo le había hecho impidiendo la publicación de la fotografía que una amiga desleal, Paula Patier, le había tomado desnuda, dejando al descubierto su embarazo de Borja. Y esa imagen estaba destinada a aparecer en la portada de 'Interviú', coincidiendo con su boda.

El director de la revista, Pablo Sebastián, gran amigo mío, atendió a mis ruegos, cediéndome la diapositiva que yo entregué a Carmen, como regalo de boda. Y ella correspondió con la invitación, gracias a la cual, Carmen, mi mujer, y yo pudimos ser testigos de ese día en el que Tita se convertía en baronesa y Heinrich von Thyssen alcanzaba la felicidad absoluta, después de cuatro bodas que habían significado para él cuatro desastres.

Museo Thyssen inauguración reyes eméritos y Tita Cervera

Inauguración del museo Thyssen, con los Reyes, los barones y el ministro de Cultura.

"Tienes la suerte de poseer dos papás", le dijo el barón a Borja

Conocer a Tita en 1981 fue un flechazo, una inspiración y una intuición para el noble alemán. Él mismo lo contó en sus memorias, 'Yo, el barón Thyssen' (Planeta): "La primera vez que vi a Tita fue en Cerdeña y no hubo palabras: los ojos lo dijeron todo. Cuando nos presentaron, sentí en mi interior que algo muy especial podía suceder en mi vida por el hecho de haberla conocido. Algo me llevó a intuir que la felicidad que había estado buscando y que estaba convencido de que no me iba a ser posible encontrar, podía estar al alcance de mi mano. A partir de entonces, no quise perderla. Sólo quería estar a su lado".

Borja junto a su madre y el Barón Thyssen.

Borja junto a su madre y el Barón Thyssen.

Prueba del amor que Heini le profesaba a Carmen es que reconoció a Borja como su hijo, con todos los derechos que ello suponía. "Tienes la suerte de poseer dos papás", le dijo al niño, refiriéndose al hecho, que Tita hizo público años más tarde, de que Manuel Segura era su padre biológico.

Ese reconocimiento hizo que, a la muerte de Heinrich, en abril del 2002, Carmen se convirtiera en una gran coleccionista de arte y el joven en uno de los herederos de la fortuna de su padre, estimada en 3.000 millones de euros. El legado del barón se repartió entre todos sus hijos, Borja y los cuatro biológicos –Georg, Francesca, Lorne y Alexander– de sus matrimonios anteriores, aunque sólo después de grandes tensiones familiares y varios pleitos que llegaron a buen puerto pocos meses antes de su muerte.

Enemistada con su hijo durante casi una década

Ahora, coincidiendo con las tres décadas del Thyssen en España, Carmen ha logrado firmar una paz duradera con su hijo y su numerosa familia. No olvidemos que cuando el joven se casó con Blanca Cuesta, en el 2007, tras nueve años de noviazgo, se disgustó tanto que no fue a la boda. Para la baronesa aquella joven no estaba a la altura de su hijo y sólo se había casado con él por su dinero.

Sin embargo, el matrimonio siguió su camino, llamado a ser longevo y lleno de alegría, ya que Blanca y Borja son felices papás de cinco hijos, Sacha, Eric, Enzo, Kala e India, a los que Tita se negó a ver durante más de una década. No sólo eso. Su relación, tras el nacimiento del primero, era tan mala que pidió que se hicieran ¡una prueba de paternidad!

Tita Cervera con su hijo y su familia

Tita con Borja y Blanca, y tres de sus nietos, y, detrás, Manolo Segura y su mujer, en el verano del 2014, el de la reconciliación.

Un acercamiento que empezó en el 2014

Por fin, en el 2014, la baronesa reconoció la evidencia. Borja y Blanca, que hoy es una artista cotizada, que ha estado al lado de su hijo en todas sus batallas con Hacienda y que ha confesado haber llorado mucho por ese distanciamiento, van a seguir juntos.

Por eso, aquel verano les invitó a pasar unos días en su barco, el 'Mata Mua'. Fue el primer paso de los muchos que ha ido dando desde entonces para cumplir uno de sus sueños: que su primogénito (Tita tuvo mellizas en el 2007, Carmen y Sabina) sea el vicepresidente vitalicio del museo cuando ella deje el cargo.

La escenificación de esta reconciliación tuvo lugar en febrero de este mismo año, a las puertas del museo, cuando estuvo arropada por Borja, Blanca Cuesta y una de sus mellizas en la histórica firma con el Gobierno para que la colección de su marido, con un total de 330 piezas valoradas en 1.700 millones de dólares, permanezca en España, por lo menos, durante los próximos 15 años.

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