Fernando Simón para sus amigos es Doc, un tipo al que califican como una persona "honesta, humana y divertida", que siempre ha destacado por su gran vocación, su amplia formación y una impactante sabiduría en el ejercicio de su profesión.
Fernando, que estuvo 8 años como voluntario en África, es un trabajador incansable y rompe moldes allá donde va. Y es que es un médico que no usa bata y un responsable del ministerio que se resiste a llevar traje y corbata. Es más, hay quien dice que no es raro verle en las reuniones ministeriales calzando sus botas de montaña, imagen que casa a la perfección con su cabellera desenfadada, sus cejas descuidadas, o los jerseys, chaquetas y pantalones de pana con los que se ha colado en nuestros hogares informándonos sobre el coronavirus, como director del Centro de Coordinación de Alerta y Emergencias Sanitarias del Ministerio de Sanidad.
Tras su positivo en COVID-19, Simón se ha recluido en la casita que tiene en Alameda de Osuna, donde lleva una vida sencilla. Allí vive con María y con sus tres hijos –tiene una niña y dos niños de entre 10 y 22 años–, a los que adora, pues es muy familiar.
Gran amante de la montaña, de la música y la literatura, seguro que estos días disfruta escuando a dos de sus artistas favoritos, Eric Clapton y Van Morrison o leyendo a su autor favorito, José Saramago.
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