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El nuevo rey de los 100 metros, un talento criado en la miseria

El tejano Fred Kerley creció con su tía y sus 12 hermanos y primos

Kerley consiguió el oro mundial en Eugene con una marca de 9,86 segundos.

Anna Lasheras

El nuevo campeón de los 100 metros en los últimos Mundiales de atletismo de Eugene (EEUU), Fred Kerley, tiene detrás una historia personal marcada por la superación en un entorno muy difícil. El atleta se vio obligado a crecer en una pequeña casa junto un total de 12 niños más (sus hermanos y primos) a los que su tía Virginia dio cobijo y se vio obligada a criar tras el encarcelamiento del padre y las "malas decisiones" de la madre.

Así lo confesó el propio atleta después de ganar el oro. "Pienso en ella todos los días, porque sin su sacrificio de adoptarnos probablemente no habría llegado tan lejos. Nos llevaba a la iglesia todos los miércoles y domingos y gracias a ella ahora estamos haciendo todos grandes cosas.

Kerley lleva el apodo de su tía tatuado en el brazo y tiene en su cuerpo hasta nueve tatuajes más, todos relacionados con la religión.

Casi 2 metros de atleta

Kerley estuvo cerca de acabar entre rejas en más de una ocasión. Le salvó el deporte, y aunque primero se inclinó por el futbol americano dada su altura (1,93 metros), una lesión de clavícula le hizo abandonar esta modalidad y dedicarse por entero al atletismo.