Envejecer con más salud y energía: pruebas clave y hábitos que rejuvenecen
El 80% del envejecimiento depende de los hábitos: cuidar el cuerpo y la mente puede retrasar el desgaste
El envejecimiento no depende solo de los años: según el ‘National Institute on Aging’, el 75-80% está determinado por los hábitos y solo un 20-25% por la genética.
A partir de los 30, disminuyen la masa muscular y la densidad ósea, el metabolismo se ralentiza y las células se regeneran peor, pero un estilo de vida activo puede frenar este proceso. El sedentarismo, el estrés crónico, dormir mal, fumar y una mala alimentación aceleran el desgaste, mientras que moverse más, descansar bien y cuidar la dieta ayuda a mantener un cuerpo más joven durante más tiempo.
Pruebas que revelan tu edad real
Realizar ejercicios de fuerza no sólo mejora tu apariencia, sino que cuida tu salud.
Para conocer la “edad biológica”, existen pruebas sencillas que permiten evaluar el estado funcional del organismo más allá de los años cumplidos.
La prueba de la silla
La prueba de la silla es una de las más fiables para detectar pérdida de músculo: el test consiste en levantarse y sentarse en una silla sin usar las manos durante 30 segundos. Si se superan 12 repeticiones, se considera que la masa muscular y la resistencia son adecuadas. Si no se alcanzan las repeticiones esperadas, puede indicar riesgo de sarcopenia, un problema que afecta al 30% de los mayores de 60 años.
Una maestra dirige una clase de fitness barre
El test de equilibrio unipodal
El test de equilibrio unipodal, por su parte, predice riesgo de mortalidad: hay que aguantar 10 segundos manteniendo el equilibrio, primero sobre un pie y luego sobre el otro. Según el British Journal of Sports Medicine, quienes no pueden mantener la postura durante ese tiempo duplican su riesgo en la década siguiente.
La prueba de agarre
La prueba de agarre mide, con la ayuda de un dinamómetro, la fuerza de las manos y está considerada uno de los mejores marcadores de longevidad, ya que un agarre débil se asocia a mayor riesgo cardiovascular, metabólico y cognitivo.
Repetir estas pruebas una vez al año a partir de los 50 ayuda a detectar fragilidad de forma precoz y permite intervenir antes de que aparezcan limitaciones mayores.
Hábitos que rejuvenecen cada célula
Dormir menos de 7 horas aumenta el apetito.
Dormir más de 6 horas, reducir el estrés, estimular la mente y evitar el exceso calórico rejuvenece las células y protege el cerebro.
Avances recientes muestran que los senolíticos naturales (como la quercetina de manzanas y cebollas), el NAD+, la coenzima Q10, el ejercicio HIIT y las terapias de contraste pueden mejorar la energía y la reparación celular, siempre bajo supervisión médica.
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