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¿Cómo evitar los problemas más frecuentes de los pies?

Con la llegada del verano, hay que extremar los cuidados de nuestros pies, que se resienten debido a las altas temperaturas, el exceso de sudor y el uso de calzado no adecuado. ¡Así puedes mantenerlos sanos!

A menudo son los más olvidados en nuestra rutina de belleza... ¡Hablamos de la importancia de cuidar tus pies!

A menudo son los más olvidados en nuestra rutina de belleza... ¡Hablamos de la importancia de cuidar tus pies!

G.G

Los pies suelen ser los grandes olvidados del cuerpo y sus problemas van más allá de una cuestión estética, ya que pueden limitar la calidad de vida de quienes los sufren.

De hecho, un 70% de la población tiene problemas en los pies, cifra que sube hasta el 90% en el caso de los mayores de 65 años. Estos trastornos se agravan con la llegada del calor, por lo que no está de más aumentar su cuidado durante los meses de verano.

Te contamos sus principales trastornos y cómo puedes ponerles freno.

Durezas y callosidades: acaba con ellas

La sequedad de la piel de esta zona puede provocar descamaciones, grietas, callos y durezas que, con el paso de los años, tardan en sanar.

Resultan muy molestos e incluso peligrosos, porque pueden forzar el apoyo al andar, algo que suele perjudicar a las articulaciones del tobillo, la rodilla, la cadera y limitar el equilibrio.

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Exfoliación, una vez por semana. Limar suavemente los pies con una piedra pómez o una lima te ayudará a eliminar las células muertas.

Cómo evitarlos. Debes mantener los pies bien hidratados, aplicándote a diario una crema especial que contenga lanolina o vaselina, masajeando bien hasta que la piel la absorba por completo.

Una vez a la semana, exfólialos para eliminar las células muertas, renovar la piel y evitar las durezas y la sequedad. También puedes frotarlos con una piedra pómez o una lima para eliminar las callosidades. Evita, eso sí, utilizar sustancias callicidas, ya que pueden irritar la piel.

Elimina el mal olor y el exceso de sudor

La humedad y la sudoración producida por el calor aumentan las bacterias causantes del mal olor de pies y pueden llegar a provocar infecciones.

Cómo evitarlas. Mantén una buena higiene, lavando los pies con un jabón neutro y secándolos muy bien, sobre todo el espacio entre los dedos.

Una vez a la semana, te irá muy bien remojarlos en agua con un chorro de vinagre, un puñado de sal gorda o una infusión fría de té. Aplícate polvos de talco para que absorban el exceso de sudor y eviten el mal olor. Y procura usar zapatos transpirables o sandalias abiertas.

Hongos: mantente a salvo

Es una dolencia frecuente (afecta al 11% de la población) y suele estar provocada por el sudor, uso de calzado inadecuado, contagio en zonas comunes, etc.

Cómo evitarla. Hay que llevar siempre chanclas en duchas, piscinas y demás espacios comunitarios, y procura no compartir toallas o calzado. En personas propensas, se aconseja aplicar unos polvos tras la ducha para absorber la humedad y usar calzado abierto de piel natural. Una vez han aparecido los hongos, deben tratarse con fármacos antifúngicos.

Adiós a los juanetes

Esta desviación del dedo gordo hacia fuera, puede afectar a los otros dedos y a la estructura del pie, causar un gran dolor y requerir, incluso, intervención quirúrgica.

Cómo evitarla. Suele estar provocada por el uso de zapatos estrechos, así que la mejor manera de prevenir los juanetes es utilizar un calzado de horma ancha sin excesivo tacón. En la farmacia existen almohadillas y separadores de dedos que alivian las molestias.

Talones suaves y cuidados

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Esta zona es la más afectada por la sequedad y suele agrietarse con facilidad, problema que puede propiciar la entrada de gérmenes.

Pies hidratados al máximo. Para mantener la piel libre de sequedad, se recomienda aplicar una crema diaria. Y no abuses del esmalte para proteger tus uñas.

Cómo evitarlo. Hidrata tu piel a diario con una crema específica para talones agrietados y, si ya han aparecido las grietas, puedes suavizarlas aplicándote aceite de rosa mosqueta sobre ellas. Evita el uso de sandalias o zapatos abiertos por el talón y procura que tengan contrafuertes blandos, para que el roce sea menor.

Esquiva los problemas en las uñas

Con los años, crecen más lentamente y se vuelven duras y engrosadas, lo que puede dar lugar a que se encarnen, provocando dolor y posibles infecciones.

Cómo evitarlos. Córtate las uñas siguiendo su forma natural (que normalmente es recta) y redondeando las esquinas con una lima, y no abuses del esmalte, es recomendable dejarlas sin pintar durante un tiempo para que transpiren y se oxigenen bien. Te irá bien usar zapatos que no compriman la punta de los pies.

Buenas costumbres que los mantienen sanos

1. Protégelos del sol. Los pies también se queman, sobre todo la parte del empeine, así que no te los olvides cuando te apliques la protección solar.

2. Cambia el calzado con frecuencia. Esto es especialmente importante si, con él, el pie te suda, ya que deberás dejar secar completamente tus zapatos antes de volvértelos a poner de nuevo.

3. Camina por la playa. Andar por la arena de la orilla o meter los pies en el agua del mar estimula la circulación y favorece la eliminación de durezas.

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¿Conoces los grandes beneficios que tiene la playa para tus pies?

4. Usa plantillas. Las antitranspirantes y de carbón activo absorben completamente la humedad de los zapatos y pies.

5. Alterna frío y calor. Hacerte baños de contraste de agua fría y caliente en la ducha y poner los pies en remojo en agua tibia y sal te ayuda a mantenerlos sanos.

6. Masajea tus pies. Dedícales unos minutos al día para mantenerlos sanos: puede darles un pequeño masaje al aplicarte la crema hidratante u optar por un buen masajeador especial para pies.

7. Haz ejercicios que ayudan. Si haces rodar por el suelo una pelota de tenis o cualquier otro objeto redondo con el propio pie, activarás la circulación y los mantendrás en plena forma.

8. Acaba con las ampollas. Si te sale una, no la explotes, lo más efectivo para ayudar a que sane es mantener la zona bien limpia y desinfectada con agua tibia y jabón y cubrir la ampolla con un apósito.

9. Acude al podólogo. Es recomendable realizarse una revisión al menos una vez al año, para descartar dolencias.

El calzado ideal para cuidar nuestros pies en verano

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¡Ojo con la elección de calzado! Es más importante de lo que crees.

Muchos problemas en esta zona se dan por el uso de zapatos inadecuados. Según el Colegio Oficial de Podólogos, es el calzado el que se ha de adaptar al pie y no al revés.

1. Usa zapatos ligeros y flexibles para que no opriman el pie y con puntera y horma amplia.

2. Procura que sean transpirables y evita los tacones altos y las sandalias 100% planas.

3. Vigila que el zapato te sujete bien el pie para evitar riesgos de torceduras. Las chanclas de dedo no deben usarse cada día ni para dar caminatas excesivamente largas.

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